Luego de que Liz Edelkind y su familia, presentaran cargos argumentando haber sido blanco de un ataque de odio racial, a bordo del Long Island Rail Road, el lunes pasado, la policía de la MTA y el fiscal de distrito de Manhattan acusaron a un residente de Ronkonkoma y una residente de Huntington por los hechos acaecidos ese día.
Justin Likerman, de 37 años de edad y Kristin Digesaro, de 39, enfrentan cargos de acoso agravado en segundo grado y de poner en peligro el bienestar de un niño. Ambos se entregaron a la policía de la MTA en la estación de Grand Central de la ciudad de Nueva York, el miércoles en la tarde.
La familia Edelkind había denunciado la semana pasada que el lunes 10 de enero, tras haber disfrutado de un juego de baloncesto, fueron atacados verbalmente por parte de una pareja que estaba en el tren que abordaron camino a casa en Long Island.
“Procedí a preguntar a un par de jóvenes caballeros si podían permitirnos sentarnos juntos, y gentilmente se movieron. Pero cuando una pareja que estaba sentada en la parte de atrás escuchó mi acento y vio mi color de piel, procedieron a atacarnos verbalmente con improperios y acusándonos de no pagar impuestos, llamándonos inmigrantes y extranjeros”, le dijo a Tu Prensa Local en una entrevista, Liz Edelkind.
Los hechos fueron grabados por otro pasajero y publicados a través de las redes sociales, convirtiendo en viral el incidente. En el trozo del video publicado por el pasajero, se aprecia a un hombre diciendo: “Me van a arrestar esta noche. No me miren. Estos extranjeros no se van a apoderar de mi país”.
Las imágenes compartidas en las redes, provocaron la reacción de la comunidad y una avalancha de mensajes que llegaron hasta el concesionario de autos donde la pareja señalada de agresión trabajaba y provocaron su despido.
El video viral y las imágenes de seguridad del tren, fueron utilizadas por las autoridades en este caso, según le han hecho saber los investigadores a la familia Edelkind.
Esta tarde, la señora Edelkind se mostró satisfecha por la acción de las autoridades frente a este caso.
“Esta acción rápida muestra que cuando usamos nuestra voz, la justicia escucha. Esta es una lección para todos los que odian a los latinos; No puedes simplemente atacar a las personas basándote en su procedencia, apariencia o acento. Debemos tratarnos los unos a otros con dignidad y respeto, debemos aprender, no solo a tolerar y aceptar, sino también a celebrar nuestras diferencias y aprender unos de otros”, dijo. “Si no denunciamos estos actos de odio, sin darnos cuenta, estamos siendo cómplices de ellos y por ende los hacemos a ellos más fuertes con nuestro silencio. Este odio hacia los latinos tiene que terminar. Tenemos una voz y debemos usarla”.
Tras el incidente en el tren, el hijo de 10 años de esta familia quedó muy impactado, razón por la cual decidieron que llevarán el caso hasta las últimas consecuencias, para sentar un precedente de respeto y tolerancia entre las comunidades.
Nota del editor: Una persona acusada de un cargo criminal, es considerada inocente hasta que su culpabilidad sea probada en corte.