Corría el año de 2008, cuando el joven Nery Jhoel Aparicio, decidió dejar su natal Morales, en el departamento de Izabal, en Guatemala, para emprender un camino desconocido en los Estados Unidos. Dice que llegó con una maleta llena de sueños y con la firme intención de construirse un futuro mejor. Como muchos inmigrantes decidió probar suerte en el sector de la jardinería, pero en vista de que las cosas no iban bien por ese rumbo, tomó la decisión de regresar a sus orígenes y poner en práctica su verdadera vocación, esa que lo hacía cortarle el pelo a sus allegados, a punta de puro instinto, debajo de un árbol de tamarindo, allá en su tierra.
“Empecé con mis hermanos y luego con mis amigos, y luego la gente me buscaba y me pagaba 5 quetzales por corte (unos 6 centavos de dólar), relata Jhoel. “Fue muy duro, no fue fácil”.
En busca de su nueva meta en territorio neoyorquino, trabajó inicialmente como aprendiz en una barbería, en la que posteriormente construyó una carrera durante 12 años de labores. Dice que el camino hacia su destino podría haber sido más corto, de no ser porque algunos vicios de juventud se atravesaron en la ruta y le pusieron varios obstáculos.
“Yo dejé los vicios, ya tengo tres años sobrio”, dice Jhoel. “Yo les trato de decir a todos que venimos aquí por un sueño, pero el sueño americano en realidad es tener un negocio acá, y no siempre tenemos la disciplina de dejar el alcohol. Yo no podía controlar el alcohol y me estaba destruyendo, pero gracias a Dios, un día tomé una decisión propia: reemplazar eso por el gimnasio, el fútbol y dejar malas amistades”.
Jhoel lleva el oficio de barbero en la sangre, ya que los primeros tijeretazos los aprendió de su padre, quien también se dedicaba a la barbería, una profesión que hoy comparte además, con su hermano.
“Todo se puede, implementando tres cosas básicas: la disciplina, la constancia y la puntualidad en el trabajo”, dice.
La pandemia del covid-19 que para muchos negocios de este campo significó el final, fue tomada por este emprendedor guatemalteco como una oportunidad. Mientras la barbería donde era empleado estaba cerrada, él decidió seguir trabajando en su garaje y estudiar para sacar las licencias que se necesitan para poner en marcha un negocio propio. Ahorró cuanto pudo y de esta manera terminó de darle forma a su sueño. Así fue como hace dos años se lanzó al ruedo y le compró la barbería a la persona que le dio empleo durante más de una década.
“Estudie para sacar la licencia, no me costó mucho porque no entré como principiante y como le dije implanté la disciplina”, dijo.
Enfocado en sus propósitos y alejado de cualquier distracción, el nuevo Jhoel fue creciendo como empresario. Hoy en día tiene dos barberías, una en el 885 de Old Country Road, en Riverhead y otra en el 1562 de Main Road, en Jamesport, donde no solo le da trabajo a 14 empleados, sino que ha cultivado una gigantesca clientela que reconoce la calidad de su trabajo y le sigue siendo fiel.
Sin embargo los sueños de este hombre aún no se detienen. Quiere montar una tercera barbería en la que pueda darle trabajo a los inmigrantes recién llegados que como él, tienen un oficio en sus manos para aportarle a la sociedad.
“Si Dios me da la salud y todo, quiero montar otra barbería y poder ayudar a personas que vienen también. Hay muchos que están ahí estancados y tienen la profesión, pero no en cualquier parte les dan una oportunidad. Yo también sufrí mucho y a mi me dieron la oportunidad de aprender y así quiero ser yo, también darle la oportunidad a muchos chicos que quizás no pueden demostrar su talento por miedo o falta de un empujón”, dijo.
Jhoel es el orgullo de sus 4 hermanos y el ejemplo de sus dos hijos, Mathew y Milan, de 3 y 8 años de edad. Por ellos se levanta cada mañana a ponerle el pecho a la brisa, para seguir construyendo sueños.
“Mi consejo es que se fijen una meta, que busquen su objetivo. Qué es lo que quieren, qué es lo que anhelan. Y cuando ya sepan eso, implementar la constancia y tener paciencia. Y si fallamos una vez, seguir hacia adelante”, aconseja Jhoel. “Buscar ayuda y no quedarse estancado, porque uno puede abrir un negocio sin necesidad de tener una tarjeta verde”.
Si usted aún no ha visitado las barberías de Jhoel, anímese a hacer una cita en el 631 284 2298, para que conozca de primera mano, su talento y ese coraje que lo convierte en un verdadero ORGULLO LATINO.