A medida que las imágenes de una Florida inundada continúan llamando la atención, los neoyorquinos se preguntan si están preparados para el clima extremo.
El huracán Ian tocó tierra el miércoles pasado en la costa suroeste de Florida. La tormenta de categoría 4 barrió el estado del sol, provocando inundaciones récord, desarraigando casas e interrumpiendo las líneas eléctricas y el suministro de agua. Fort Myers Beach fue una de las áreas más gravemente afectadas y luce casi irreconocible.
“El huracán Ian sostuvo vientos de 150 millas por hora, que se ubica entre, en la historia registrada durante los últimos 100 años o más, una de las tormentas mas fuertes que azotó el territorio continental de los EE. UU.”, dijo Jase Burnhardt, meteorólogo de la Universidad de Hofstra en Nueva York.
Los estudios han demostrado que el aumento de la temperatura del agua debido al cambio climático puede intensificar y prolongar la vida de las tormentas.
El líder de la mayoría del Senado de los Estados Unidos, Chuck Schumer (D-NY), dijo el lunes que Ian es una advertencia para Nueva York. Si bien la Ley de Reducción de la Inflación recientemente aprobada incluye $ 2.6 mil millones, que “los gobiernos locales y otras entidades pueden aprovechar para conservar, restaurar y proteger los hábitats marinos y costeros”, dijo en un comunicado que se deben orientar más fondos para reforzar las costas vulnerables de Long Island y la ciudad de Nueva York.
Hace poco mas de un año, los restos del huracán Ida tocaron tierra en la ciudad de Nueva York, provocando lluvias récord, sumergiendo automóviles e incluso estaciones enteras de metro. La marejada ciclónica de Ida mató a 13 neoyorquinos, muchos de los cuales vivían en apartamentos subterráneos ilegales y propensos a inundaciones. Desde Ida, la ciudad ha lanzado múltiples proyectos, incluida la instalación de jardines de lluvia en las aceras para mitigar las condiciones de inundación.
“Todavía hay mucho más que se puede y se debe hacer para continuar mejorando nuestra preparación para el próximo ciclón tropical fuerte que nos impacte aquí,” dijo Bernhardt.
Dijo que si bien es poco probable que una tormenta de la intensidad de Ian golpee Nueva York, es posible que una tormenta de magnitud similar a la supertormenta Sandy, una tormenta de categoría 3, pueda llegar a sus costas.
“Qué horrible y doloroso ha sido ver la devastación de Florida,” dijo Schumer. “Muchos de nosotros aquí, pensamos en Sandy y la devastación allí.”
Si bien la temporada de huracanes suele ser en los meses de agosto y septiembre, Ian golpeó Florida a fines de septiembre. Sandy azotó Nueva York y Nueva Jersey hace exactamente 10 años el 29 de octubre. Según Bernhardt, es importante seguir los protocolos de evacuación, porque a menudo la ubicación precisa de llegada a tierra de estas tormentas no se puede confirmar hasta horas antes de que toque tierra.
“A veces las personas evacuan y tal vez no tenían que hacerlo, pero es mejor que esa posibilidad de que no evacúen, y luego terminan en las peores posiciones,” dijo.
Schumer dijo que las marismas de Long Island, particularmente las de las bahías del condado de Nassau, serán clave para combatir las inundaciones. Las islas de barrera y los pantanos que forman funcionan como esponjas para absorber las marejadas ciclónicas.
El lunes, pidió que los fondos federales se destinen a apoyar el estuario de South Shore, una sección de humedales que protege la costa de Long Island de las marejadas ciclónicas. Se estima que alrededor de 1 millón de personas y miles de empresas, que emplean a unos 30.000 trabajadores, viven allí. Apuntó a cuatro proyectos en Bellport, Mastic Beach, Oyster Bay y North Hempstead para la restauración y resiliencia de las playas.
“No queremos ser presa fácil de tormentas monstruosas. Queremos estar preparados, porque amamos estar aquí, y este es nuestro hogar. Nuestra costa. Nuestros humedales. Nuestras pesquerías,” dijo Schumer.