Los primeros días del 2023 no han sido fáciles para la comunidad de Brentwood. El 15 de enero un incendio de grandes proporciones acabó en segundos con la vivienda de la familia Parra, conformada por 5 personas, que ante la inclemencia de las llamas, se quedaron sin nada. Durante esa semana, 4 familias más de la localidad corrieron con la misma suerte en diferentes fechas, ya que 4 incendios más se registraron en la zona y en un abrir y cerrar de ojos, dejaron reducidos a cenizas, años de esfuerzo y sacrificio, de unas 15 personas.
Sin embargo, por oscuro que parezca el panorama, una luz de esperanza ha brillado con fuerza, demostrándoles a los damnificados, que ningún incendio puede acabar con el amor y la solidaridad.
La misma noche del 15 de enero, cuando se produjo el incendio en casa de los Parra, la noticia llegó hasta la Escuela Secundaria de Brentwood, donde una de las integrantes de la familia cursa décimo grado. Fue entonces cuando el grupo Student Advocates of Long Island, creado por estudiantes de diferentes distritos escolares del condado de Suffolk, para darle voz a la comunidad estudiantil, decidió ponerle manos a la obra y unir esfuerzos para ayudar a esta familia en desgracia.
“La misma noche que me dijeron que pasó la historia nos pusimos a trabajar, al día siguiente ya teníamos 15 bolsas para darle a la familia”, dice Andrés Rodríguez, creador del grupo Defensores de los Estudiantes de Long Island. “Cuando supe que se le estaba quemando la casa yo traté de hacer todo lo posible para ayudarla. Ayudamos con ropa, útiles escolares, cosas de limpieza, hasta con tarjetas de tiendas para que la familia pudiera comprar. Alcanzamos a donarle a mi amiga unas 50 bolsas de ropa, comida y cosas de casa”.
Lo que no se imaginaron los miembros de este grupo solidario, era que la logística que habían creado para ayudar a la familia Parra, iba a tener que ser implementada como un nuevo esquema de trabajo, ante la calamidad de otras 4 familias.
“5 familias, en diferentes fechas y todo pasó durante una misma semana, se les quemó la casa a esas familias, a partir de enero 15”, dijo el joven Rodríguez. “Gracias a nosotros y al apoyo que hemos recibido de la comunidad, del condado y de todos los distritos al rededor de nosotros, hemos podido dar una luz de esperanza a estas familias”.
Los Defensores de los Estudiantes crearon rápidamente un enlace de Amazon, con una lista de artículos que las familias estaban necesitando, y empezaron a difundir su campaña a través de las redes sociales, para que cualquier persona pudiera vincularse con donativos. La sala de la casa de Andrés Rodríguez, se convirtió en centro de acopio, a donde llegan todas las donaciones de la comunidad y desde donde se coordinan los envíos a las familias afectadas. Una labor en la que los padres de Andrés, Dora Holmes y Rodrigo Rodríguez, al igual que otros padres de familia, han jugado un papel fundamental, ayudándolos a transportar las donaciones, ya que muchos de los estudiantes todavía no conducen.
“Los amigos me han ayudado mucho, todos dicen que lo hacen porque tienen un corazón grande y porque a la final todos somos iguales y todos podemos ayudarnos. No importa la raza, no importa cuánta plata usted tiene, o el estatus migratorio que usted tiene, porque al final todos somos iguales”.
Andrés, un estudiante de décimo grado, de 15 años de edad, dice que lo que era una respuesta circunstancial para apoyar a algunas familias durante un momento de dificultad, se ha convertido en una iniciativa para ayudar a cualquiera que lo necesite. Los miembros del grupo se reúnen virtualmente cada semana, para ponerse al tanto de las necesidades de la gente y coordinar las acciones de respuesta.
“Siempre que tenemos una reunión sentimos mucha paz, porque no solo hablamos de cómo ayudar a la comunidad, hablamos también de cómo ayudar a mejorar las vidas de nosotros y mejorar las vidas de los demás”, dice.
Y es que para este joven de origen colombiano, ayudar a los demás se ha convertido en su estilo de vida y en una promesa personal que se hizo a sí mismo, al conocer los sacrificios y dificultades que afrontó su familia en el pasado.
“A mi cada día me da esperanza ayudar a las comunidades. Cuando mi familia estaba en Colombia y cuando se vinieron para los Estados unidos no tenían las cosas que yo tengo ahora para ayudar. No tenían esa ropa para ir a la escuela y para mi es un honor, sobre todo después de escuchar las cosas que mi familia pasó, que yo pueda ayudar a la gente que estaba en el mismo punto que mi mamá y mi papá estuvieron”, dijo Rodríguez.
Sueña además con convertirse en profesor de inglés ENL, English as a New Language (Inglés como Segundo Idioma), para continuar con su misión de darle una mano a los demás.
“Yo desde que nací he estado en esas clases, porque yo no podía hablar bien y gracias a Dios hace dos años pude salirme de ese programa y ahora lo que quiero es ayudar a esos niños que han llegado de otros países de Centro y Suramérica y decirles que sí hay esperanza, que si vienen a Estados Unidos a tratar de ayudar a alguien, pueden ayudarse ellos mismos”, dijo.
Por lo pronto la misión de los Defensores de los Estudiantes de Long Island, continúa, al igual que las necesidades de la comunidad. Si usted quiere vincularse y apoyar a este grupo estudiantil con su grandiosa labor, escoja y compre alguno de los artículos de la lista de necesidades de las familias afectadas, haciendo click aquí.
“Las familias normalmente se ponen a llorar. Ellos no se esperan ésto de unos estudiantes, una cosa tan grande para nuestras comunidades. Ellos se asombran cuando ven 20 o 30 bolsas de cosas para ellos mismos de parte de unos estudiantes de las mismas escuelas a donde van sus hijos. Me han dado abrazos y me han mandado mensajes llorando”, dijo Andrés. “Cuando yo veo eso, digo el trabajo de nuestro equipo sirvió. El trabajo de nuestra gente, porque no hemos parado de ayudar a nuestra comunidad”.
El grupo de Defensores de los Estudiantes de Long Island está conformado por los siguientes estudiantes:
Camila Penarenas
Odalis Pantaleon
Andrés Rodríguez
Natalie Umanzor
Maria Flores
Nancy Contreras
Aryana Vasquez
Kevin Nunez
Katherine Aristondo
Alisson Henriquez
Angely Gámez
Fabián Sánchez
Alexandra Antunez
Todos, unos verdaderos héroes de carne y hueso y un auténtico orgullo latino.