José Carabantes Pineda, un residente de Riverhead de 37 años, fue sentenciado a 23 años de prisión, luego de declararse culpable en febrero, de acto sexual criminal en primer grado, en contra de una niña de 10 años de edad, según anunció hoy el fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond Tierney.
De acuerdo con la investigación y la declaración de culpabilidad del acusado, el 20 de marzo de 2021, Carabantes Pineda llevó a la víctima al estacionamiento de la tienda Big Lots, en Riverhead, la ató con cinta adhesiva y la agredió sexualmente en el parte trasera de una minivan. La niña gritó y golpeó las ventanas del vehículo con la esperanza de que alguien la ayudara mientras intentaba quitarse de encima al acusado. Un buen samaritano escuchó a la menor gritar desde el interior de la minivan y preocupado golpeó fuertemente las ventanas polarizadas y empañadas del vehículo.
Inmediatamente llamó al 911 y proporcionó información al Departamento de Policía de Riverhead, sobre el automóvil, mientras intentaba seguir detrás de la minivan.
“La valentía de esta joven víctima para luchar contra su abusador, la rápida reacción de un buen samaritano y la rápida respuesta del Departamento de Policía de Riverhead son la razón por la que este depredador fue detenido”, dijo el fiscal de distrito Tierney. “El hecho de que haya personas que se aprovechan de niños inocentes como éste, es simplemente incomprensible. Pero no se equivoquen, una vez que los atrapemos, como este acusado, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para garantizar que cumplan una larga sentencia de prisión”.
Tras su agresión, Carabantes Pineda regresó a su casa, puso a la víctima en un vehículo diferente y condujo con ella, para entrenarla y asegurarse de que en caso de que fuera interrogada por la policía, dijera estaba gritando porque acababan de golpear un auto, dice el recuento del fiscal.
Al regresar a su casa, minutos después, el acusado fue arrestado por el Departamento de Policía de Riverhead. Durante la investigación se recuperaron de ambos carros, trozos de cinta adhesiva que se habían utilizado para atar las manos de la niña. La menor fue llevada al Centro Médico Peconic Bay, donde fue sometida a un Examen Forense de Agresión Sexual (SAFE), dijo el fiscal.
La recolección de pruebas por parte de la enfermera forense llevó al descubrimiento del ADN del acusado en el cuerpo de la niña. Investigaciones posteriores revelaron que Carabantes Pineda había estado abusando sexualmente de la menor durante los meses previos al incidente, dice el comunicado del fiscal.
El 24 de febrero, el hombre se declaró culpable ante la jueza Karen M. Wilutis, de Acto Sexual Criminal en Primer Grado, un delito grave violento Clase B.
Además de cumplir 23 años de prisión, la juez Wilutis también ordenó 20 años de supervisión posterior a la liberación.