Luis Llapa es un residente de Mastic que hace algún tiempo decidió alquilarle uno de los cuartos de su casa a un conocido suyo, quien le pidió ayuda para encontrar un lugar donde vivir. Dice Luis que durante 6 meses el inquilino, llamado Sergio Hernández, fue amigable, responsable, respetuoso y muy cumplido con los pagos de la renta, hasta que un buen día empezó a beber sin parar.
“El siempre me dijo que no tenía familia aquí, entonces yo no sabía cómo decirle que parara, porque no hacía caso”, asegura el señor Llapa.
De acuerdo con el relato de Luis, su inquilino llevaba una semana sin salir de casa, entregado únicamente a la bebida, cuando otro conocido, preocupado por su ausencia, fue a buscarlo. Esa persona le dijo al dueño de casa que el inquilino batallaba con la enfermedad del alcoholismo y que cuando recaía, lo único que podía sacarlo del abismo era que lo llevaran a un hospital.
“Yo lo llevé al hospital, estuvo ahí como 5 días desintoxicándose, yo iba a visitarlo porque como no tiene familia. Y le decía usted es un hombre joven, usted puede trabajar y hacer otras cosas, aléjese de la bebida”, dice.
El señor Llapa asegura que en varias ocasiones lo llevó a centros asistenciales locales para que lo desintoxicaran, hasta que el problema se volvió tan recurrente que empezó a salirse de sus manos.
“La ambulancia y la policía venían a mi casa y la ambulancia ya le había dicho a él, mira no podemos estar viniendo por ti todo el tiempo, tienes que ir a rehabilitarte, pero no hizo caso”, dice Llapa. “Cuando salió del hospital la última vez, le dije me tienes que desocupar el cuarto porque de repente te pasa algo y conmigo va a ser el problema. El no se negó, me dijo usted es una linda persona y no quiero darle problemas”.
Luis dice que siguió en contacto con Sergio cuando se cambió de casa, y hablaban al menos una vez por semana. El señor Llapas trataba de aconsejarlo para que dejara la bebida y se dedicara en cuerpo y alma a su trabajo. Hasta que hace dos meses y medio no volvió a contestarle sus llamadas.
“Al mes que se fue ya no me contestó y a mi se me hizo raro porque por más que estuviera borracho siempre contestaba”, dice.
El asegura que el señor Hernández no tiene un doliente en los Estados Unidos que lo busque, pues sus allegados se encuentran en Guatemala. Por esta razón ha decidido apersonarse de esta cruzada para tratar de dar con el paradero de su amigo. Versiones de algunos conocidos apuntan a que ha sido visto deambulando por el sector de La Placita en Mastic. Otras personas han llamado al celular de Hernández pero quien ha contestado es la dueña de la casa donde vivió antes de desaparecer. Ella dice que dejó su carro, su celular y sus pertenencias allí, y no ha vuelto a tener noticias de él.
“El tiempo que el estuvo en mi casa yo traté de comunicarme con sus familiares en Guatemala pero ellos nunca contestaron”, dijo Luis.
Quienes conocen al señor Hernández aseguran que es un buen amigo, un buen trabajador y sobre todo una persona que necesita ayuda y merece una oportunidad de vida.
“Excelente muchacho. Puntual para todo, ayudaba en la casa”, dijo Llapa.
El ex-empleador del señor Hernández le dijo a Luis que también lo ha buscado en hospitales y en la policía, sin éxito alguno, por lo que piden a los lectores de Tu Prensa Local que rieguen la voz y les ayuden a localizarlo.
“La verdad era un buen amigo, yo lo considero una excelente persona. Y si es que yo puedo echarle la mano, me gustaría ayudarlo, porque sé que no tiene a nadie aquí”.
Si reconoce a esta persona y sabe algo de su paradero, por favor comuníquese con Luis Llapa al 631 987 1772 o llame al 911.