María Eugenia Patiño es una residente de East Hampton, que conoció a Amparo Gonzáles hace dos años en las clases de Zumba a las que las dos asistían. Desde entonces, dice, solo ha recibido de ella, amor, solidaridad, compañerismo y amistad.
A María Eugenia, como al resto de las compañeras del grupo de Zumba, la estremeció hace unos meses la noticia de que “Amparito”, como cariñosamente es conocida entre todas, y quien llevaba varios días ausente de las clases, estaba librando una dura batalla contra la depresión.
“Yo me comuniqué con una hija, porque me pareció extraño que no fuera y nos dijeron que estaba muy enferma y que estaba muy malita”, dijo María Eugenia.
Conmovidas por la situación y con la firme intención de apoyar a su amiga en los momentos difíciles, trataron de establecer contacto con ella, pero fue imposible. Luego, por intermedio de una de las hijas de Amparito, se enteraron de que el problema era mucho más serio de lo que imaginaban: Su amiga, con la que habían compartido jornadas de natación, ciclismo, Zumba y otras actividades de acondicionamiento físico, aquella con la que crearon fuertes lazos de amistad, no solamente pelea contra la depresión, sino que está enfrentando una lucha frontal contra un cáncer, en etapa 4.
“Yo quiero que la hija le diga que estamos ahí, que la queremos, que la extrañamos, yo quiero que ella sepa que nosotros sí apreciamos todo lo que ella nos ha dado. Porque ella ha sido muy linda con todas. Esa mujer a donde entra ilumina con su sonrisa. Es una mujer que ha dado sin que nadie le pida”, dijo la señora Patiño.
Por eso las compañeras de ejercicios no dudaron ni un minuto en poner manos a la obra y reunir fondos para apoyar a Amparito, mediante la actividad que las ha unido siempre: el Zumba.
“Nosotros como grupo dijimos, cómo hacemos para sacar fondos para ayudar a Amparito, entonces dijimos hagamos Zumba! Y estamos todas colaborando con esto. Las instructoras están donando su tiempo, vamos a llevar café, taquitos y el Hampton Market nos va a donar un plato para que podamos venderlo”, dijo María Eugenia.
Este sábado a partir de las 9 de la mañana, instructoras certificadas impartirán clases de Zumba en los estudios de LTV, para todo aquel que quiera unirse a esta causa. Participar en la jornada tendrá un costo de 20 dólares por persona. Las amigas de Amparito también venderán comida y refrescos, donados por algunos establecimientos locales, y quienes no quieran hacer ejercicio, pueden simplemente hacer una compra o realizar su donativo de manera directa. Todos los recaudos de la jornada se destinarán para apoyar a Amparito y su familia en estos momentos difíciles.
También está en marcha una campaña de recolección de fondos a través de GoFundMe, con la que la familia de Amparo González aspira reunir el dinero que necesitan para sufragar la abrumadora carga financiera de los tratamientos, los medicamentos y otros gastos asociados.
“Mi querida madre, Amparo González, ha estado luchando valientemente contra el cáncer en etapa 4 y actualmente se encuentra en una depresión severa”, dice Marjorie Salcedo, hija de la señora González, a través de la campaña de GoFundMe. “Mi madre es joven y todavía tiene mucho por qué vivir, junto a mí, mi hermana y mis tías, quienes han estado viviendo en los hospitales, acompañándola durante sus tratamientos y apoyándola inmensamente día tras día”.
La familia y las amigas de Amparo, coinciden en afirmar que ella es un grandioso ser humano, que siempre está dispuesto a entregar amor a sus semejantes, como madre, abuela, como compañera de vida y por supuesto como amiga.
Si usted quiere apoyar a la señora González, no deje de asistir al Zumbathon de este sábado, en LTV Studios, localizados en el 75 de Industrial Road, en Wainscott, o contribuya con sus aportes, haciendo click aquí.
Cualquier donativo, por pequeño que parezca, será de inmenso valor para la familia de Amparito y para ella. Su solidaridad es necesaria en estos momentos, más que nunca.