La policía de Southampton le otorgó hoy el más alto reconocimiento civil a Miguel Domínguez, un niño de 13 años, residente de Flanders, que el pasado 2 de agosto ayudó a su tía a dar a luz, siguiendo las indicaciones de un despachador de emergencia, a través de la línea 911.
Ese día comenzó como cualquier otro para el pequeño Miguel, un estudiante de la escuela intermedia de Riverhead, que se prepara para cursar octavo grado. Las primeras horas la ocupó dándole la mano a su mamá con el cuidado de sus hermanos, dos niños de 5 y 6 años y un bebé de 20 días de nacido. Pero a las 10 de la mañana todo cambio: Su tía, quien estaba ya en los días de dar a luz, se comunicó con la mamá de Miguel para decirle que tenía fuertes dolores.
“Yo fui a recogerla y la traje para mi casa porque ella tiene un niño de un año. Yo estaba tratando de buscar una niñera que se quedara con todos los niños, para ir a llevarla al hospital, pero los dolores se hicieron más fuertes y entonces le pedí a Miguel que llamara al 911 para que solicitara una ambulancia, porque yo no hablo inglés”, relata Alexandra Domínguez, madre de Miguel.
Con gran serenidad el pequeño, de origen guatemalteco, hizo la llamada al 911 con la intención de que los equipos de respuesta vinieran cuanto antes a recoger a su tía. Jamás imaginó que hacer esa llamada, lo convertiría en protagonista de toda la acción.
“El me dijo que mirara si la cabeza del bebé ya estaba saliendo y le dije que sí, entonces me dijo que buscara toallas limpias”, dice Miguel. “Estaba bien asustado porque pensé que el bebé podía morir”.
Pero el pequeño héroe no se dejó ganar por el susto y como todo un experto controló la situación, siguiendo una a una las indicaciones del despachador Cristopher Brenner.
“Traje las toallas y acosté a mi tía en el suelo”, dijo.
La madre del niño dice que ante la convulsión de la situación, los bebés, el suyo y el de su cuñada, estaban llorando, por lo que ella decidió salir un momento al jardín para tratar de calmarlos mientras llegaba la ambulancia y cuando regresó a la casa, el parto estaba en proceso.
“Yo vi a Miguel revisando todo, tenía una almohada y le dije Miguel qué haces y luego… llegó el bebé”, dijo la madre de Miguel.
Cuando la policía arrivó a la residencia de la familia Domínguez, el recién nacido ya había llegado a este mundo con la ayuda de su primo de 13 años.
“La verdad yo me siento muy feliz y orgullosa que haya manejado tan bien esta situación”, dijo la señora Domínguez.
La policía no dudó en elogiar al menor por su “valentía y compostura” para manejar la contingencia.
“Considerando que, durante un momento de necesidad urgente, Miguel recibió orientación por teléfono de un despachador de seguridad pública, demostrando una atención y madurez excepcionales; y Considerando que la rapidez de pensamiento y la actitud tranquila de Miguel fueron fundamentales para ayudar a su tía, que estaba de parto, y ayudar con éxito en el nacimiento de un bebé sano”, dice el reconocimiento otorgado por la policía de Southampton.
Tras la acción de Miguel, el oficial James C. Cavanagh llegó a la escena y ayudó con el cuidado de la madre y el niño, de acuerdo con un comunicado de la policía, emitido el 2 de agosto. Poco después, llegó la ambulancia de voluntarios de Flanders Northampton y los trasladó al Centro Médico Peconic Bay para recibir tratamiento profesional. El sábado, la madre, Sandra Mérida y el recién nacido quien fue bautizado con el nombre de Rudy, fueron dados de alta y se encuentran en perfecto estado.
“La policía de Southampton reconoce y elogia a Miguel Domínguez por su notable coraje, compasión y presencia mental durante esta emergencia; Por lo tanto, ahora se proclama que el Departamento de Policía de la ciudad de Southampton extiende su más profunda gratitud y el más alto reconocimiento civil a Miguel Domínguez por sus heroicos esfuerzos y su inquebrantable dedicación para ayudar a los demás en un momento de necesidad”, dice la proclamación de la policía.
Desde el 2 de agosto Miguel ha recibido toda clase de elogios y expresiones de felicitación por parte de familiares y amigos, además ha sido entrevistado por varios medios de comunicación.
“Estoy muy feliz y muy orgulloso”, dijo.
Miguel llegó a los Estados Unidos a los 4 años de edad, proveniente de Santa Cruz Barillas, Guatemala. Su madre dice que los primeros meses en este país fueron muy difíciles para el pequeño, quien no quería separarse de ella para ir a estudiar, debido, entre otras cosas, a las barreras del lenguaje. Pero más temprano que tarde el niño, que sueña con convertirse en artista y pintar murales, aprendió inglés, se adaptó a su nuevo país, se convirtió en un estudiante aventajado y hoy en día es capaz incluso, de ayudar a su primo a llegar a este mundo, con la orientación de un despachador de recursos de emergencia, a través del teléfono.