Un jurado declaró culpable a Brent Henry, de 61 años, residente de Riverhead, por asesinato en segundo grado y posesión ilegal de armas, en relación con el homicidio de Ines Reyes, un joven de 23 años, oriundo de East Patchogue, que estaba a un mes de convertirse en padre. La condena fue anunciada el jueves 2 de octubre, por el fiscal de distrito del condado de Suffolk, Raymond A. Tierney, tras un juicio que se desarrolló ante el juez interino de la Corte Suprema, Richard I. Horowitz.
De acuerdo con las pruebas presentadas durante el juicio, los hechos ocurrieron el 18 de agosto de 2023, cuando Henry y Reyes tuvieron una confrontación verbal que escaló a una pelea a golpes dentro de una residencia de Bellport donde vivía Reyes junto a su novia, quien además es sobrina del acusado. Después de la pelea, la pareja se trasladó a una residencia en Amsterdam Avenue, East Patchogue, para reunirse con otros familiares.
Hasta allá llegó Henry, poco después y volvió a enfrentarse físicamente con Reyes frente a la casa. Durante la confrontación, el acusado fue a su vehículo, tomó una pistola semiautomática calibre .40 y disparó varias veces contra Reyes, en presencia de su pareja. La víctima fue trasladada de urgencias al Long Island Community Hospital, donde murió a causa de las heridas. Henry fue arrestado al día siguiente, el 19 de agosto de 2023.
El jurado lo halló culpable de asesinato en segundo grado, un delito violento de clase A, y de dos cargos de posesión criminal de un arma en segundo grado, delitos violentos de clase C. Henry regresará a la corte el 7 de noviembre de 2025 para la audiencia de sentencia, en la que podría recibir una condena de 25 años a cadena perpetua.
“El señor Reyes estaba a un mes de convertirse en padre cuando el acusado tomó la decisión sin sentido de asesinarlo”, dijo el fiscal Tierney. “No podemos devolverle a la hija de la víctima la oportunidad de conocer a su padre, pero esperamos que el veredicto de hoy le brinde a la familia algo de consuelo”.
Henry fue representado durante el juicio por los abogados Katherine Fernandez y David Arpino. La investigación estuvo a cargo de los detectives T. Michael Palumbo, Guido Cirenza y Brendan O’Hara de la Brigada de Homicidios del Departamento de Policía del Condado de Suffolk. El caso fue procesado por las fiscales Elena Tomaro (Oficina de Homicidios) y Jonathan Cappiello (Oficina de Crímenes Mayores).
