Atención comunidad inmigrante en riesgo:  No es momento de “dar papaya”

Siga las recomendaciones de las organizaciones defensoras de los inmigrantes:  No abra la puerta si un oficial de ICE llega a su casa sin una orden emitida por un juez federal, compórtese de la mejor manera posible, no conduzca bajo los efectos del alcohol, aléjese de discusiones o riñas y evite ponerse en cualquier situación de riesgo

In Opinión, Portada by Juliana HolguinLeave a Comment

Captura de pantalla de un video sobre un presunto operativo de ICE en Flanders, el 15 de mayo de 2025.

Soy inmigrante de origen colombiano y en mi país se utiliza con frecuencia la expresión “no dar papaya”, una frase coloquial que significa ponerse en una situación vulnerable o facilitar que alguien se aproveche de uno. En otras palabras, “no dar papaya” se usa para advertir que no hay que hacer cosas que te pongan en riesgo innecesariamente, como mostrar dinero en la calle, dejar el carro abierto o confiar demasiado en desconocidos. Es como decir: “No le des a los demás la oportunidad de hacerte daño”.

Y creo que en estos momentos de confusión e incertidumbre que vivimos como comunidad inmigrante, esta popular frase, tan usada por mis paisanos, me sirve para resumir el mensaje que quiero transmitir en estas líneas. 

Para nadie es un secreto que tras la llegada al poder del presidente Trump, se ha abierto un capítulo difícil de transitar para la población inmigrante de los Estados Unidos. Sin vacilación alguna, el mandatario se comprometió durante su campaña presidencial, a llevar a la práctica la mayor ofensiva contra los inmigrantes indocumentados de la que se tenga registro en la historia del país.  Incluso habló de deportar durante su nuevo mandato, entre 15 y 20 millones de inmigrantes, una cifra que supera las estimaciones oficiales de inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos, que rondan los 11 millones.  

Las noticias a las que estamos expuestos todos los días dan fe de que las amenazas del presidente se están cumpliendo al pie de la letra. Hasta finales de abril de 2025, la administración de Donald Trump había deportado aproximadamente 139 mil inmigrantes indocumentados, desde el 20 de enero, cuando comenzó el nuevo mandato.  De estas deportaciones, alrededor de 65 mil se realizaron en los primeros 100 días de su gobierno.  Las cifras fueron proporcionadas por Tom Homan, Director Ejecutivo Asociado de Operaciones de Ejecución y Remoción en la Casa Blanca, más conocido como el “zar de la frontera” del actual gobierno, durante una conferencia de prensa, el 28 de abril.  Homan también señaló que las redadas en lugares de trabajo de todo el territorio nacional se han triplicado y que se espera que se tripliquen nuevamente como parte de los esfuerzos para aumentar las deportaciones. 

El miércoles de la semana pasada una familia de nuestra área fue arrestada por agentes de inmigración que llegaron hasta su casa en Mastic, preguntando por una persona a la que ellos no conocían y terminaron llevándose a una madre y sus dos hijos, incluido un menor de edad.  Ninguno de ellos tenía antecedentes penales o una orden de deportación en su contra. Por el contrario, los dos hijos de esta familia, están en medio de un proceso migratorio, cuentan con un número de seguro social y un permiso para trabajar legalmente en los Estados Unidos.  Los agentes se identificaron como miembros de la policía y no tenían una orden para ingresar a la casa, ni una orden para llevarse a las personas que finalmente se llevaron.  

El caso de esta familia no solamente confirma que ICE está realizando operativos aquí, en nuestras localidades, sino que pone en evidencia una vez más, la manera como operan sus agentes.  

Desafortunadamente esta familia abrió la puerta de su casa, a pesar de que los oficiales no tenían una orden otorgada por un juez federal para entrar a la vivienda, porque los efectivos de ICE dijeron que eran policías y mostraron a través de la ventana una foto de una persona a la que estaban buscando.  Quizás la historia hubiera sido diferente si, apelando a sus derechos constitucionales, esta familia decide mantener la puerta de su casa cerrada. Quizás el desenlace hubiera sido distinto si hubieran recordado la lección que nos repiten diariamente las organizaciones defensoras de los inmigrantes: NO ABRA LA PUERTA.  En otras palabras “NO DE PAPAYA”.

La popular expresión también sirve para llamar la atención de nuestra gente sobre lo cuidadosos, respetuosos y precavidos que debemos ser, hoy más que nunca.  Conduzca con precaución, aléjese de conflictos y disputas, cumpla a cabalidad las normas de tránsito y los códigos de su localidad.  No se ponga al volante bajo los efectos del alcohol, no solamente porque pone en riesgo su vida y la de otros, sino también porque el más mínimo incidente en la calle, puede desencadenar tarde o temprano, en un arresto de ICE.

El sábado pasado, oficiales de inmigración vistiendo chalecos de la policía y movilizándose en vehículos particulares, sin ningún tipo de insignia, llegaron hasta las afueras de una casa en Brentwood, preguntando por una persona.  Como el joven que los atendió les dijo que no la conocía, terminaron llevándoselo a él, aparentemente porque tenía un viejo caso de DWI, que sería reabierto, según le dijo uno de los agentes a los familiares de la persona arrestada. 

Aunque las policías locales del condado de Suffolk han sido enfáticas en afirmar que no se inmiscuirán en los dispositivos federales y que no están encargadas de la aplicación de las leyes de inmigración, cualquier incidente que conlleve a un arresto, por menor que parezca, puede poner a sus protagonistas en situación de amenaza, como sucedió con el residente de Brentwood, quien tenía en su historial un supuesto caso por conducir en estado de ebriedad. El gobierno federal ha dicho que la prioridad en este momento es deportar a aquellos inmigrantes indocumentados que han infringido las leyes.  Por eso, una disputa, un caso de DWI o cualquier desorden en la vía pública, puede convertirlo de inmediato en blanco de las autoridades federales.  Una vez más el mensaje es claro: “NO DE PAPAYA”.  

Amigo inmigrante, si su situación en este país aún no está regularizada, si usted no es portador de una tarjeta verde, sino no es un ciudadano de los Estados Unidos, nuestro llamado en estos momentos es a que se comporte mejor que nunca y se mantenga alejado de cualquier situación de riesgo.  

Y si usted es un inmigrante indocumentado que sigue las normas de su localidad, las normas del condado, las normas de tránsito y las normas federales, si paga sus impuestos y se considera un buen ciudadano, recuerde además, seguir las recomendaciones de los defensores de los inmigrantes. 

Todas las personas en los Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio, tienen ciertos derechos y protecciones bajo la Constitución del país. Recuerde que si un agente de ICE toca a su puerta, usted puede pedirle que deslice por debajo de la misma, una orden firmada por un juez federal, que lo obligue a usted a dejar entrar en su domicilio a estas personas.  Si los oficiales no tienen esa orden, usted no está obligado a abrir la puerta y puede manifestarles claramente que, acogiéndose a sus derechos, se abstendrá de hacerlo.  Si no habla inglés, tener a mano las llamadas tarjetas rojas es una buena alternativa para que por debajo de su puerta la deslice y le deje saber a los agentes que no abrirá y que no hablará.

Esto es lo que dicen las tarjetas rojas:  

En una de las caras de la tarjeta, aparecen sus derechos constitucionales:

• NO ABRA LA PUERTA si un agente de inmigración está tocando.

• NO CONTESTE NINGUNA PREGUNTA de un agente de inmigración si el trata de hablar con usted. Usted tiene el derecho de mantenerse callado.

• NO FIRME NADA sin antes hablar con un abogado. Usted tiene el derecho de hablar con un abogado.

• Si usted está afuera de su casa, pregunte al agente si es libre para irse y si dice que sí, váyase con tranquilidad.

• ENTREGUE ESTA TARJETA AL AGENTE. Si usted está dentro de su casa, muestre la tarjeta por la ventana o pásela por debajo dela puerta.

En la otra cara, hay una declaración en la que usted manifiesta su deseo de permanecer en silencio:

  • Basado en la Quinta Enmienda de derechos bajo la Constitución de los Estados Unidos, no deseo hablar con usted, responder a sus preguntas, o firmar o entregarle cualquier documento.
  • No le doy permiso para entrar a mi casa, con base a mis derechos de la Cuarta Enmienda bajo la Constitución de los Estados Unidos a menos que tenga una orden para entrar, firmada por un juez o magistrado con mi nombre en ella, que deslice  por debajo de la puerta.
  • Basado en la Cuarta enmienda, no le doy permiso para buscar cualquiera de mis pertenencias.
  • Elijo ejercer mis derechos constitucionales.

Aunque algunas organizaciones han repartido tarjetas rojas entre la comunidad, no es necesario que sean justamente esas, usted puede imprimirlas en casa, o mandarlas a imprimir en algún negocio local.  Este es el enlace donde puede encontrarlas.  

Recuerde no abrir la puerta ni siquiera un poquito.  Se han conocido casos de personas que abren por gentileza o cortesía, para poder decirle a los oficiales que se acogerán a su derecho de no hablar con ellos, y ese pequeño espacio ha sido suficiente para que los agentes usen la fuerza e ingresen a las viviendas.  Mantenga siempre la calma, por difícil que parezca, no reaccione violentamente y no diga nada que, literalmente hablando, pueda ser usado en su contra.

Si tiene hijos pequeños, las organizaciones defensoras de los inmigrantes recomiendan que los instruyan para que ellos tampoco abran la puerta.  

Son tantas la historias que conocemos a diario sobre arrestos en las cortes de inmigración, operativos aleatorios, deportaciones en masa y relatos desgarradores de familias que han sido separadas. Cada caso más duro y más triste que el otro, por lo que se hace URGENTE que pongamos una dosis extra de atención.  

Es momento de cuidarnos, de dar ejemplo de fortaleza y resiliencia como comunidad.  Es momento de estar alerta, de estar informados, de ir un paso adelante, de ser ciudadanos ejemplares, de estar alejados de los problemas, de estar recogidos en casa, en el trabajo, luchando por nuestros sueños, con metas claras y con un plan de contingencia bien definido, en caso de estar en peligro.  Amigos, de verdad les digo, NO es momento de “DAR PAPAYA” .

About the Author
Juliana Holguin

Juliana Holguin

Juliana es editora, periodista y comunicadora social de Tu Prensa Local. Tiene una larga trayectoria trabajando en diversos medios de comunicación, especialmente televisión, periódicos y revistas. Su labor periodística ha sido reconocida con 6 premios de periodismo, entre ellos el Premio Nacional Simón Bolívar de Colombia y una docena de premios del Press Club of Long Island. Escríbele un correo a juliana@tuprensalocal.com

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