El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se refirió ayer, al polémico tema de las muertes en los hogares de ancianos, que ha puesto a su administración en el ojo de huracán en los últimos días. El mandatario defendió su gestión y la de su equipo de trabajo, frente a los casos registrados en este tipo de instituciones. Dijo que su administración no ocultó información, sino que congeló la emisión de los datos que estaban solicitando los legisladores estatales, para darle respuesta a una petición simultánea del gobierno federal.
“En agosto pasado, el Departamento de Justicia envió una carta a los gobernadores demócratas, cuatro de ellos: Nueva York, Nueva Jersey, Michigan y Pensilvania solicitando información sobre hogares de ancianos públicos. La Legislatura del Estado de Nueva York también envió una carta solicitando información sobre hogares de ancianos. Hicimos una pausa en la solicitud de los legisladores estatales mientras estábamos terminando la solicitud del DOJ. Le dijimos a ambas cámaras, la Asamblea y el Senado, que teníamos una solicitud de información del DOJ y que estábamos priorizando eso”, dijo el mandatario.
Dijo además que comparado con otros estados, las cifras de muertes en los hogares de ancianos de Nueva York, están muy por debajo de la constante nacional. Según el mandatario, Nueva York ocupa el puesto 34, entre 50 estados, por fatalidades registradas en este tipo de instituciones, con un porcentaje del 30% del total de muertes por covid. El gobernador citó cifras de estados con porcentajes mayores, como Florida con un 34%, Pensilvania con un 52%, y Massachusetts con un 54%.
“COVID se aprovecha de las personas mayores y las personas más débiles. Siempre lo supimos. Es un hecho. Ahora, hay mucha distorsión en torno a lo que se llama el memorando del Departamento de Salud del 25 de marzo y quiero asegurarme de que obtengamos los hechos al respecto”, añadió.
El mandatario insistió en que los protocolos utilizados por su administración con los residentes de hogares de ancianos que estaban recluidos en hospitales del estado por covid, y que fueron enviados de regreso a las residencias para adultos mayores, siguieron la guía que para ese entonces habían entregado los CDC y el Departamento de Salud Nacional.
“El Departamento de Salud del Estado de Nueva York siguió esa guía. Otros doce estados, al menos, siguieron la guía. El razonamiento de los CDC, CMS, DOH en ese momento: no era probable que los residentes que salían de los hospitales fueran contagiosos porque en ese momento, la carga viral es tan baja que usted no es contagioso”, dijo el gobernador. “Los pacientes no fueron enviados a hogares de ancianos. El asilo de ancianos tuvo que estar de acuerdo en que podrían aceptar cuidar a esta persona. Eso es una cuestión de derecho. No pueden aceptar a un paciente al que no están preparados para cuidar adecuadamente”.
Dijo además que en ese momento también jugaba en contra del estado, la poca capacidad hospitalaria con la que se contaba, para hacerle frente a una crisis sin precedentes en la historia de la región.
“Estábamos viendo hasta 140.000 personas hospitalizadas. Tenemos menos de 50.000 camas de hospital. Esa es la calamidad. Recuerde, el 25 de marzo, fue justo cuando colapsó el sistema hospitalario de la ciudad de Nueva York. Era noticia nacional”, añadió.
Aún así, dijo, la realidad es diferente a como se ha querido mostrar: Según el mandatario, el virus no ingresó a los hogares de ancianos por los pacientes provenientes de los hospitales.
“Hecho: de los 613 hogares de ancianos, 365 recibieron a una persona proveniente de un hospital. De los 365 que recibieron una persona, con base en esta guía del 25 de marzo que fue reemplazada en mayo, el 98 por ciento de esos 365 ya tenían COVID en sus instalaciones”, aseguró Cuomo.
A pesar de todas las explicaciones entregadas por el gobernador, la situación sigue poniendo en tela de juicio su manejo frente a un tema muy sensible, especialmente luego de que la semana pasada se filtrara una conversación privada entre Melissa DeRosa, una de las principales fichas de su administración y legisladores demócratas, en la que la funcionaria justificaba el manejo de la información, como una medida para evitar una posible investigación por parte del Departamento de Justicia de Trump.
“Estábamos en una posición en la que no estábamos seguros de si lo que íbamos a dar al Departamento de Justicia, o lo que les damos a ustedes, y lo que comenzamos a decir, se usaría en nuestra contra”. dijo DeRosa durante la llamada, según la transcripción de la conversación, publicada por la oficina de prensa del gobernador, tras la filtración dada a conocer inicialmente por el New York Post.
El gobernador no entregó ninguna declaración al respecto de esta filtración, ni se refirió a la conversación “privada” de DeRosa.
Las explicaciones y las cifras, entregadas por el mandatario siguen dejando muchas dudas. Más de 15.000 personas han muerto, a causa del COVID-19 en hogares de ancianos e instalaciones de cuidados a largo plazo de Nueva York. Pero hasta hace unos días, la cifra que se reportaba, de acuerdo con los informes estatales era de 8.500 muertes. Lo que significa que el manejo de alrededor de 7 mil muertes sigue siendo motivo de cuestionamiento y sigue poniendo un manto de duda, sobre la respuesta del estado a la pandemia.