Las malas noticias llegaron para Erick en diciembre de 2018, cuando una serie de dolores de cabeza muy fuertes lo obligaron a acudir a un médico en busca de respuestas. Los especialistas encontraron problemas de hipertensión, descubrieron que había tenido un pequeño derrame cerebral y que sus riñones no estaban funcionando adecuadamente. En febrero de 2020, un nefrólogo dictaminó que su condición había empeorado: La función renal estaba limitada a un 15% y un proceso de diálisis se vislumbraba como la única alternativa de vida.
“Nosotros decidimos pedir una segunda opinión. Nos contactamos con el hospital de Stony Brook y allá lo pusieron de inmediato en una lista, a la espera de algún donante”, dice Jessica Flórez, esposa de Erick.
Desde ese momento las cosas no han sido fáciles para esta familia colombo-venezolana. Erick tuvo que poner en pausa su trabajo como mecánico en el municipio de Southampton, para hacerle frente a su tratamiento. Se sometió a una cirugía con el fin de preparar su cuerpo para la diálisis y ahora está en un proceso de entrenamiento que se tardará dos semanas más, al cabo de las cuales podrá llevarse el equipo para su casa, con el fin de hacerse la diálisis en su hogar.
“Este último año ha sido muy difícil para nosotros. Desde el mismo momento en que le dijeron que tenía que hacerse diálisis y que necesitaba un donante, ha sido muy duro”, dice Jessica. ”El se siente débil, no duerme bien, según nos explicó la doctora, es a causa de la misma enfermedad renal“.
Erick es la cabeza de su joven familia, conformada además por su esposa y su pequeña hija de 6 años. Es un hombre activo, trabajador, con muchos sueños por delante, a quien esta situación ha venido a cambiarle las reglas del juego. En el municipio de Southampton han prometido conservarle su puesto de trabajo hasta que se recupere, pero Erick no recibirá más sueldo mientras no se reintegre a sus labores, por lo que la angustia que generan las obligaciones económicas, ha venido a sumarse a la preocupación por la enfermedad.
“En este momento estoy buscando trabajo como recepcionista, o en alguna oficina, para poder contribuir un poco”, dice Jessica.
Un grupo de amigos de la familia decidió iniciar una campaña de recolección de fondos a través de GoFundMe, con el propósito de ayudarlos a aliviar un poco las cargas en este momento tan complejo.
“Se lo hemos expresado a ellos, él es latino, es uno de los nuestros y todos somos uno solo” dice Daniela Pérez, amiga de la familia y una de las creadoras de la campaña. “El tiene mucho por delante, queremos llegar a viejitos juntos, como amigos y que nos riamos de las tonteras que hacíamos de jóvenes. Queremos que él esté bien”.
Las alternativas de un donante vivo en la familia ya han sido agotadas y descartadas, con los pocos familiares cercanos que están en los Estados Unidos. Algunos amigos le han manifestado su interés en ser donantes, pero deben practicarse una serie de pruebas y exámenes para determinar si podrían funcionar. Mientras tanto la alternativa número uno, sigue siendo un donante muerto.
“Nos han dicho que depende de muchos factores y que es un proceso que puede tomarse meses o hasta cinco años”, aclara Jessica.
Mientras llegan las buenas noticias, Erick deberá someterse al proceso de diálisis para tratar de que su cuerpo siga funcionando medianamente normal. En este momento sólo un 5% de sus riñones está trabajando, los niveles de potasio están muy elevados y su salud es precaria. Por eso, sus amigos hacen un llamado urgente a la gente de buen corazón para que se vincule con algún donativo a esta noble causa, que podría aportarle un poco de tranquilidad a este hombre de 36 años y a su familia.
Para unirse a la campaña en favor de Erick, con un donativo, haga click aquí.
Mientras aparece el donante, esta familia sigue aferrada a la vida y a la esperanza. Dicen estar infinitamente agradecidos con los amigos que les han manifestado su apoyo en estos días de prueba y que han decidido movilizarse en torno a esta campaña.