A Walter Tello su familia lo describe como un hombre vital, alegre y caritativo, capaz de sacarse el pan de su boca, para compartirlo con quien pueda necesitarlo.
Desde hace 20 años, cuando llegó a los Estados Unidos, procedente del cantón “El Troncal”, cerca de Guayaquil, Ecuador, su único objetivo fue trabajar para poder ayudar a su familia. Con el esfuerzo de todos estos años, laborando en pintura y carpintería, sacó adelante a sus dos hijos, les dio educación, estabilidad y en años más recientes, ayudó también a sus 4 nietos. Todos están Ecuador.
“A todos nos ha ayudado” dice María Tello, su cuñada, ahogada en llanto. “Cuando yo llegué a este país él me ayudó mucho, cuando traje a mis hijos, también me apoyó. El no tenía mucho, pero lo poco que tenía lo compartía. Y es que no es cuestión de dinero, sino de corazón”.
Por eso la noticia del cáncer linfático que empezó a aquejar a Walter en el 2019, les cayó como un baldado de agua fría a todos en la familia.
“Eso fue como un mal sueño, muy doloroso. Como que nos cayó el mundo encima, con la noticia de que él estaba en un túnel sin salida. Nosotros nunca pensamos en una noticia de esa magnitud”, dice María.
Pero Walter decidió dar la pelea y durante los últimos dos años se la ha pasado batallando con esta enfermedad que lo consume poco a poco. Ha estado recluido en varias oportunidades, tratando de luchar por su vida, porque en sus 60 años no ha conocido jamás el significado de la palabra “rendirse”. Sin embargo hace unos días su situación médica empeoró, el hígado y otros órganos están comprometidos y se hizo necesario regresar al hospital. Fue ahí donde los especialistas le dieron la noticia de que le quedan pocos meses de vida.
Desde que le notificaron que tenía cáncer terminal, lo único con lo que este inmigrante ecuatoriano sueña día y noche, es con regresar al seno de su familia, al lado de los que ama, a la tierra que lo vio nacer, “para esperar allí los designios de Dios”.
“El quiere irse a Ecuador, le ofrecieron un tratamiento para intentar alargarle un poquito la vida, pero tendría que quedarse interno en el hospital y él ya no quiere, lo único que anhela es estar con su esposa y sus hijos”, relata María.
Unidos por Walter
Con el fin de realizar el sueño de Walter, su familia, residente de Hampton Bays, ha unido esfuerzos y ha realizado dos jornadas de venta de comida típica ecuatoriana, con las que han logrado reunir 900 dólares. Este domingo tendrán nuevamente muchas delicias a la venta, con servicio de entrega a domicilio incluido. María y su familia cocinarán seco de gallina, hornado Ecuatoriano, el famoso encebollado y muchas cosas más. Así que usted puede hacer sus pedidos llamando al 631 375 6159.
La familia también inició en el día de hoy, una campaña a través de GoFundMe y quienes quieran contribuir, solo tienen que hacer click aquí. Todos los donativos, por pequeños que parezcan, tendrán un inmenso valor para esta familia.
La totalidad del dinero recolectado, será usada en los gastos de viaje de este inmigrante ecuatoriano, a su lugar de origen y en la compra de algunos elementos médicos que requiere para seguir su tratamiento allá.
