El drama de una mujer de Riverhead que denuncia haber sido víctima de una estafa por parte de un supuesto abogado de inmigración que le ofreció ayudar a liberar a su esposo tras ser arrestado por ICE

Le pagó 9,300 dólares porque le garantizó que detendría la deportación de su pareja, pero todo resultó ser un presunto engaño. Su esposo fue enviado de regreso a Honduras

In Noticias, Portada by Juliana HolguinLeave a Comment

Wilton Noe Morales, fue arrestado el 27 de Octubre en Rail Road Avenue, Riverhead y deportado a Honduras. Su esposa denuncia haber sido estafada por un supuesto abogado de inmigración. Fotos: Cortesía

El pasado 27 de octubre fue para Patricia Peñafiel uno de los días más oscuros de su vida: No solamente porque ICE le arrebató a su esposo, tras arrestarlo en la estación del tren de Riverhead, sino también porque ese mismo día se convirtió en víctima de lo que ella describe como una estafa por parte de un presunto abogado de inmigración, quien a cambio de una cuantiosa suma de dinero, le prometió regresar a su esposo al seno de su hogar y evitar que fuera deportado a su natal Honduras.

Ese fatídico lunes, Wilton Noe Morales, salió como de costumbre antes del amanecer, a cumplir con las labores de su trabajo como pintor. Al dejar su casa en West Main Street, se percató de la presencia de personas sospechosas que empezaron a seguirlo.  En un intento por despistarlos, el señor Morales entró a una gasolinera y tras unos minutos en ese lugar se dirigió a la estación del tren, en Rail Road Avenue, donde un nutrido grupo de agentes lo abordó a él y a su compañero de trabajo y los arrestó.

“A las 8:20 de la mañana sonó el teléfono, era mi esposo que decía que afuera de la casa estaban dos carros negros y de ahí le siguieron y le agarraron.  Cuando me llamó ya iba llegando a la ciudad”.

Patricia dice que tras esa fugaz llamada, el mundo se le vino encima.  Su esposo tenía una orden de deportación desde el 2023, y aunque sabían que algo así podía suceder, encontrarse cara a cara con la dura realidad, fue devastador.  

Patricia contactó a Tu Prensa Local y a la Organización OLA Of Eastern Long Island:  Buscaba orientación legal para luchar por la libertad de su esposo, quien para ese entonces ya estaba a punto de llegar a un centro de detención en New Jersey.  En medio de la angustia, dice que como un milagro de Dios, le apareció un anuncio publicitario de unos abogados de inmigración y sin pensarlo dos veces ella hizo click en el mensaje.

“Le di click ahí.  Entonces se comunicaron, me dijo soy el abogado Christopher, entonces le empecé a contar el caso, que mi esposo estaba detenido y que estaba con inmigracion en New Jersey, que por favor me ayudaran para ver si había una opción”, relata Patricia. “El me dijo que él me podía ayudar, que sí había una opción, y yo le dije ‘cuánto me va a costar y él me dijo 4,550’. Pero dijo, lo primero que necesitamos es pagar para saber si inmigración nos acepta el pare de deportación, entonces me dijo que le depositara 1,250”.

La señora Peñafiel asegura que el abogado le garantizó que había un 100% de posibilidades de que la deportación de su esposo fuera detenida.  La mujer apeló a su familia y reunió el dinero necesario.

“Yo fui a donde mi familia y les dije que por favor me ayudaran que él saliendo iba a trabajar y a pagar”, dice.

Con la intención de darle celeridad al proceso, Patricia asegura que le hizo dos depósitos al abogado, vía Zelle, cada uno de ellos por la suma de 2,250 dólares. 

“Entonces al poco rato él me dice, mira nos aceptaron el pago del pare de deportación. Es buena noticia. Ahora esperamos que nos acepten el del perdón”, relata la señora Peñafiel. 

Ilusionada, con esperanzas renovadas, tras recibir las buenas noticias de su abogado, Patricia dice que le transmitía ese positivismo a su esposo, cuando se comunicaba con ella desde el centro de detención.  Los dos pensaban que la pesadilla estaba a punto de terminar, porque cada conversación con el supuesto experto, llegaba cargada de información positiva.  

“Después me manda otro mensaje en el que me dice que ‘nos aceptaron el perdón’.  Y dice ahora vamos a esperar que nos den una audiencia, pidámosle mucho a Dios, encomiéndate mucho a Dios para que nos den la audiencia”, cuenta Patricia.  “Mi esposo se logra comunicar otra vez conmigo y yo le digo que el abogado está haciendo las cosas, que hay buenas noticias, que nos aceptaron el pare de deportación y de perdón, entonces que yo tenía que depositarle otros 1,400 si le daban audiencia”.

Recibos que el abogado el enviaba a la señora Peñafiel, como garantía de pago.

Patricia asegura que cada mensaje del abogado era respaldado por correos que supuestamente llegaban del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, con logos, sellos y firmas que le daban tranquilidad.  El abogado le enviaba incluso recibos de los pagos realizados, supuestamente emitidos por inmigración.  Por su cabeza jamás pasó que pudiera estar siendo víctima de una estafa.

“Entonces cuando llega el correo de inmigración, porque los papeles son de inmigración, se ve tan real, en ese papel dice que le dan audiencia para el viernes a las 8:30 de la mañana”, dijo Patricia.  “El abogado me dice ‘estás con suerte’, estás encomendada en Dios.  Entonces le deposité el resto del dinero”.

Notificación de una supuesta audiencia, citada para el 31 de octubre de 2025 a las 8:30 de la mañana.

Pero las palabras del abogado no coincidían con lo que estaba viviendo el esposo de Patricia, a quien para ese momento ya le habían comunicado que sería deportado al día siguiente.

“Mi esposo me llama el jueves en la noche y me dice ‘ya me llamaron a lista que mañana a las 7 salimos'”, dijo. “Yo le digo, ‘no, cómo puede ser, si ya el abogado está tramitando todo y hasta ahorita va todo bien, yo tengo los correos y todo”.

Patricia se comunicó nuevamente con su abogado, quien logró tranquilizarla.  Le dijo que el proceso iba viento en popa y que a su esposo simplemente ya no podían deportarlo.  Sin embargo al día siguiente su pareja la llamó nuevamente, esta vez desde el aeropuerto y le dijo que estaba a punto de viajar a su país de origen.  Al ser increpado por Patricia, el abogado no solamente la calmó de nuevo, sino que logró que ella le enviara más dinero:  3,500 dólares para pagar la supuesta fianza con la que lograría que su esposo regresara a la libertad.

“El correo está ahí, que es de inmigración, en el que dice que le dan fianza de 3,550 y entonces me dice ‘paga, porque si no se hace pronto entonces él se va deportado'”, relata la señora Peñafiel. “Nosotros nos pusimos al corre corre pide y pide y fuimos al banco y le hicimos un deposito a una cuenta que él nos dio. Después de eso me manda el boleto, con una cosa que dice que le darían salida a las 3 de la tarde. Le dije pero él no se comunica.  Y me dijo estate tranquila, acabo de hablar con el agente no se qué, y el está en un lugar aislado porque como ya está con salida, entonces no puede estar con los demás”.

Notificación en la que se fija una supuesta fianza de 3,550 dólares para que el señor Morales fuera dejado en libertad.

Como si no hubiera sido suficiente, tras el depósito de 3,550 dólares, el abogado le pidió un pago de 1,800 dólares de “costos administrativos, verificación documental y validación de antecedentes internacionales”, requeridos para procesar la autorización final de salida de su esposo, según el supuesto licenciado.

“Le dije abogado yo no tengo más dinero, le di todo lo que tenía y usted me había dicho que eso era todo.  El me dijo ‘ya es lo último, ya pagaste la fianza, esto es lo último’”.

En total, entre un envío y otro, Patricia le depositó al supuesto abogado la suma de 9,300 dólares. Una verdadera fortuna para una mujer que no contaba con ese dinero y que tuvo que conseguirlo de préstamo en préstamo.  El esfuerzo valía la pena, dice, con tal de que el señor Morales regresara a casa.  Sin embargo, tras varias horas de silencio por parte de su esposo y del supuesto abogado, Patricia, quien esperaba con ansias el regreso de su pareja, recibió una llamada que terminó regresándola abruptamente a la realidad. 

“A las 6 de la tarde o algo así, me llama mi esposo y me dice que acababa de llegar el vuelo a Honduras.  Me dice que no le dieron nada, le quitaron su celular, el cargaba 500 dólares, también se los quitaron.  Lo soltaron con la ropa de trabajo que le agarraron, no le entregaron nada.  A parte de lo que nos roban aquí, a él también lo entregan allá sin nada.”, relata Patricia, sumida en la absoluta tristeza.  

La mujer llamó insistentemente al abogado, pero él no atendió sus llamadas.  Intentó con mensajes de texto, a los que el hombre contestó con una fría frase: “déjeme hacer mi trabajo”.   Desde entonces dice Patricia, no ha habido respuesta a ninguna de sus preguntas.

“Me fui a la policía a poner un reporte y me dijeron que para eso necesitaba ayuda de un abogado. Pero yo de dónde más.  Si me sacaron 9,300 dólares”, dice.

El abogado con el Patricia estuvo en contacto todo el tiempo, se identificó como Christopher Asmar, quien figura en los registros en línea como un licenciado de California, que ejerce el derecho desde mayo de 2021, con la tarjeta profesional número 338800.  Patricia dice que la foto de los registros de internet, coincide con la persona con la que habló vía FaceTime, la primera vez que se contactó con la supuesta firma de abogados.  Ella dice que lo vio con sus propios ojos y es la misma persona.

Tu Prensa Local llamó al número de teléfono al que Patricia se comunicaba con él, y el supuesto abogado nos contestó.  Curiosamente al ser cuestionado por el caso, dijo que no recuerda a Patricia, que no sabe quién es el señor Morales y niega haber recibido dinero por Zelle o por transferencias bancarias, a pesar de que las conversaciones de WhatsApp entre Patricia y un interlocutor en ese mismo número, demuestran lo contrario.

Extracto de una conversación de WhatsApp entre la señora Peñafiel y el supuesto abogado.

“Creo que debe haber una suplantación de mi perfil profesional”, dijo el supuesto abogado.  “Realicen ustedes las investigaciones pertinentes al caso, no hay ningún problema”.

Lo cierto es que a Patricia nadie le responde.  No solo enfrenta el trauma de haber sido separada abruptamente de su esposo, sino que ahora está lidiando con la deuda que le dejó esta situación.  El supuesto abogado no le da razón de su dinero y las autoridades no le dan ninguna luz de esperanza.

“Mi esposo está desesperado porque la vida cambia.  Nos quedamos así traumados, el solo salió a trabajar y no volvió nunca más.  Y somos perseguidos hasta el día de hoy porque el domingo estuvieron otra vez aquí.  Entonces nos pusimos a grabar y así logramos que se fueran”.

Las estafas de presuntos abogados de inmigración están a la orden del día.  Los embaucadores se aprovechan del dolor de nuestra gente y de la ansiedad que sienten los familiares de los detenidos por ayudar a sus seres queridos, para engañarlos y hacerlos caer en esquemas fraudulentos. La directora de servicios legales de inmigración de OLA Of Eastern Long Island, Lucía Damerau, recomienda seguir tres pasos, para evitar caer en las garras de los embaucadores:

A. Averiguar si es en realidad un abogado:  En  Nueva York pueden verificar que sus licencias estén activas y constatar si son abogados de inmigración haciendo click aquí.   Si dice “No record found”, es porque no es un abogado.  

B. Buscar en línea las oficinas del abogado o recomendaciones (reviews) 

C. No Confiar si les piden pago por Zelle o pagos en efectivo, sin darles un recibo. 

“No se fie en perfiles de Facebook o de Tiktok o cuentas de Whatsapp. Esas plataformas son muy fáciles de usar para engañar a la gente. Si el abogado te presiona para pagar rápido o si quiere que le pagues por maneras informales como Zelle, Venmo, o Cash App, esos son signos de una estafa”, dijo la abogada Damerau. “El abogado por ley, siempre te tiene que dar un contrato antes de empezar servicios, donde delinea y especifica los pagos, los servicios a brindar, y la información del abogado. Si la conducta del abogado le da desconfianza por favor busque una segunda opinión. Si tienen dudas y no están seguros, nos pueden contactar y dejar su información en nuestras líneas para que podamos ayudarlos o darles una asesoría gratis”.  

También es importante tener en cuenta que los correos de inmigración siempre vienen en inglés y de direcciones electrónicas que terminan en .gov, por tratarse de entidades gubernamentales.  Recuerde que hoy en día, con los avances tecnológicos, emitir correspondencia o correos electrónicos que parezcan reales es muy fácil para los delincuentes, por eso es importante encontrarse cara a cara con su abogado, firmar un contrato y tener certeza de que es un profesional debidamente registrado, antes de enviar cualquier suma de dinero. 

Si usted ha sido víctima de una estafa migratoria, puede denunciarla directamente con USCIS haciendo click aquí, o puede someter una queja en la oficina de la fiscal de Nueva York, haciendo click aquí.

Para comunicarse con OLA, puede llamar al 631 899 3441.

 

About the Author
Juliana Holguin

Juliana Holguin

Juliana es editora, periodista y comunicadora social de Tu Prensa Local. Tiene una larga trayectoria trabajando en diversos medios de comunicación, especialmente televisión, periódicos y revistas. Su labor periodística ha sido reconocida con 6 premios de periodismo, entre ellos el Premio Nacional Simón Bolívar de Colombia y una docena de premios del Press Club of Long Island. Escríbele un correo a juliana@tuprensalocal.com

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