Arely García, la víctima del accidente fatal registrado en la madrugada del sábado, era, de acuerdo con sus familiares y amigos, una trabajadora incansable, que en ocasiones hacía turnos dobles en la fábrica de galletas Tate’s Bake Shop, en Center Moriches, donde laboraba como empacadora. Su misión desde que llegó a los Estados Unidos, hace aproximadamente 10 años, era conseguir los recursos necesarios para velar por sus tres hijos: Una joven de 21 años, una de 19 y un niño de 13. La mayor de sus hijos vive en Long Island y ya la había hecho abuela de dos niños, mientras que los dos hijos menores se encuentran al cuidado de su abuela, en el municipio de Lolotiquillo, El Salvador.
“Ellos eran su razón de ser”, le dijo a Tu Prensa Local, Norma García, hermana de la víctima. “Era una buena persona, siempre dispuesta a ayudar cuando uno más lo necesitaba. Ella trabajaba muy duro para darle el bienestar a sus hijos”.
Su hija mayor se encuentra devastada ante la pérdida inesperada del pilar de toda una familia. Una mujer de la que dependían muchos, tanto aquí y como en El Salvador.
“Mamita de mi vida, por qué te me fuiste y me dejaste. Esto no es justo, dame fuerza para poder soportar tu pérdida”, expresó Xiomy García, hija mayor de la víctima, a través de su cuenta de Facebook.
Esta tarde sus familiares apenas estaban cumpliendo con la difícil labor de identificar el cuerpo y de enterarse de los detalles que rodearon la muerte de Arely. Su hermana dice que la información que tienen hasta el momento, es que el día del accidente, Arely y Emmanuel Rivera, su pareja sentimental desde hace 5 años, habían ido a la lavandería, como lo hacían habitualmente. De regreso a su casa en Bellport, el Toyota Camry 2001 en el que viajaban en dirección oeste sobre la Montauk Highway, se salió de la carretera y chocó contra un árbol. García, de 41 años, fue declarada muerta en la escena.
“Lo que me dijo el detective es que a él le encontraron alcohol en la sangre y que por eso sigue bajo arresto”, dijo la hermana de la víctima.
La muerte abrupta de Arely ha desatado una avalancha de reacciones, especialmente entre los compañeros de trabajo de la salvadoreña, quienes coinciden en afirmar que era una buena amiga, muy alegre y divertida.
“Siempre estaba 20 o 15 minutos antes de que se llegara la hora de trabajo“, dijo Yeymi Vanessa Mayorga, compañera de Arely. ”Era muy divertida, especial, muy querida por sus compañeras de turno. Nos ha consternado mucho esta noticia, pues nuestra compañera de trabajo dejó un legado muy querido en la compañía Tates y nos duele mucho esta noticia. Es devastadora”.
Una vez les entreguen el cuerpo, la familia de Arely planea llevar a cabo los servicios funerarios en Robertaccio Funeral Home, en Patchogue y posteriormente enviarla hasta su natal Lolotiquillo, donde están dos de sus hijos, su madre y el resto de la familia esperando por ella para darle sagrada sepultura. Sus seres queridos en Long Island, también planean iniciar una campaña de recolección de fondos para sufragar los gastos funerarios y el envío de cuerpo a El Salvador. Cualquiera que esté interesado en aportar a esta causa, puede comunicarse directamente con la señora Norma García, al 631 402 4367.