Una familia de nuestra área quedó, literalmente hablando, sumida en el terror, luego de que presuntos agentes migratorios llegaran hasta su residencia, en inmediaciones de Hampton Bays, en la mañana del miércoles. Los ocupantes de la casa no estaban en ese momento, pero presenciaron la visita, a través de la aplicación de las cámaras de vigilancia que tienen instaladas en la propiedad.
De acuerdo con el relato de la madre de esta familia, hacia las 10:30 de la mañana, dos vehículos particulares se estacionaron en las afueras de su vivienda, uno, justo en frente de la casa y otro, en el parqueadero del vecino. Varios agentes, vistiendo chalecos en los que se leía “Policía” y “FBI”, tocaron insistentemente en la puerta de la residencia.
“Nunca tocaron el timbre, empezaron a pegarle a la puerta. La puerta es mitad cristal y la mitad oscura, entonces tocaban y tocaban. En el video se alcanza a escuchar que comentaban entre ellos, ‘ah ellos tienen perros porque están ladrando’”
En ese momento la mujer se encontraba en su trabajo, a pocas cuadras de la casa y dice que cuando se percató del operativo estuvo tentada a ir a confrontar a los agentes.
“Yo no sabía si ir a la casa y preguntarles por quién venían, o si tenían una orden de arresto, o porque estaban en mi propiedad”, dijo.
Esta familia tiene la costumbre de dejar la música encendida, para que sus mascotas no se sientan solas durante el tiempo que ellos no están en casa. El ruido les hizo pensar a los agentes que había alguien en la vivienda y por eso, dice ella, golpeaban la puerta sin cesar.

Imágenes captadas por cámaras de vigilancia, muestran presencia de presuntos agentes de ICE en las afueras de una vivienda de Hampton Bays, el 11 de junio de 2025. Foto: cortesía
“Ellos se expandieron al rededor de la propiedad. Había un agente por el lado derecho, uno por el lado izquierdo, había una mujer que estaba intentando ver a través del gate que esta entre la casa y el garaje y los otros dos oficiales estaban pegándole a la puerta”.
Tras unos cinco minutos sin resultados, los agentes decidieron abandonar la escena, dejando a esta familia con los nervios de punta.
“Estamos aterrados, porque en una frustración de ICE al no poder entrar a la casa, ellos van a estar como cazadores, si ellos nos ven saliendo de la casa, no se, pienso que van a ir detrás de nosotros.”, dijo. “Vivir así es horrible, porque carro que pasa, carro que yo sospecho. Vivimos en una zona donde no pasan muchos carros. Entonces si veo uno, pienso que nos están chequeando”, dice la mujer.
No es la primera vez que ellos se enfrentan el rigor de ICE. En el pasado, el padre de esta familia fue arrestado a pocas cuadras de su casa, por “violaciones migratorias”, según confirmó un portavoz de inmigración en ese momento. La agencia dijo en un reporte sobre el caso, que el hombre “fue arrestado por ser un ciudadano de otro país viviendo en los Estados Unidos de forma ilegal”.
En esa ocasión, este padre de familia, quien está casado con una ciudadana americana, con quien tiene dos hijas, estuvo dos largos años detenido sin que se diera una resolución definitiva para su caso. Sólo con la llegada de la pandemia, las autoridades ordenaron liberarlo y desde entonces debe presentarse cada 6 meses ante tribunales migratorios.
“El de hecho ganó la cancelación de su deportación, un año después de que fue detenido, el ganó en frente de una juez la residencia, pero el fiscal apeló esa decisión y cuando el fiscal apela se reabre el caso y tuvo que permanecer encerrado un año más. Es increíble, nadie nos cree, pero no sabemos por qué la ley se ensañó tanto con nosotros. Solo hasta la pandemia lo liberaron”, dijo.
Ninguno de los abogados a los que esta familia ha apelado en todos estos años, con el ánimo de resolver su situación, se explica a qué se debe la insistencia de ICE en su caso. Porque aunque hace muchos años, este hombre cometió un delito menor al conducir bajo los efectos del alcohol, el expediente fue resuelto y archivado.
“El solo tenía un DWI de más de 10 años, eso era lo único. No ha había en lo absoluto nada más, nada que dijera que es un peligro para la sociedad, o que es un criminal”, dijo la esposa. “El caso fue cerrado, pero claro quedó el expediente”.
Este hombre tuvo hace poco su última supervisión con ICE y no debe regresar por ahora, por lo que esta familia no se explica, qué estaban buscando los supuestos agentes en esta ocasión.
“Es contradictorio que lo dejen ir y lo quieran volver a arrestar”, dice.
Desde la inesperada visita del miércoles, la angustia que los ha acompañado por años, se intensificó a su máxima expresión. La familia ha activado sus propios protocolos de seguridad, ha cambiado las rutinas y están desde ayer, con el alma pendiendo de un hilo.
“El está chequeando a sus alrededores todo el tiempo. Estamos muy mortificados, si el ya se está acercando a la casa, salimos y buscamos en nuestros alrededores, revisamos si hay un carro desconocido”, dijo.
El abogado de la familia les ha recomendado que en caso de que estos agentes u otros, volvieran a presentarse en su casa, no abran la puerta a no ser de que lleguen con una orden judicial, firmada por un juez federal. La pareja también ha instruido a sus pequeñas hijas de 6 y 8 años, para que no abran en caso de que extraños lleguen a su vivienda.
“Ellos vienen en carros con las ventanas polarizadas, con placas de Florida o de otros estados. Si alguien ve algo extraño que por favor nos ayuden, que avisen si ven un carro sospechoso”, dijo.
