Dos jóvenes latinas, residentes de nuestra área, adelantaron una campaña de recolección de fondos para comprar útiles escolares y llevarle alegría a 200 niños necesitados de la población de Palencia, en Guatemala.
Rosario Rodríguez, originaria de ese trocito de Centroamérica y residente de Greenport y su complice en esta aventura, la joven mexicana Trisha Martínez, residente de Hampton Bays, unieron fuerzas y durante varios días motivaron a la comunidad local, para que se vinculara a su causa. “Quetzi el Quetzal” es el nombre con el que decidieron llamar la campaña, utilizando como símbolo el ave nacional de Guatemala, una imagen familiar para muchos residentes de nuestra área. En total fueron 3,100 dólares los que lograron recaudar las entusiastas jóvenes, alentadas por la idea de contribuir aunque sea un poco, a ampliar las escasas oportunidades con las que viven muchos niños en este país centroamericano.
“Este proyecto tiene tanta importancia para mí porque si estuviera en Centroamérica podría haber estado sin posibilidades académicas, lo que luego me habría limitado a nivel personal, social y profesional”, dijo Rosario Rodríguez, una de las creadoras de Quetzi El Quetzal. “Poder obtener una educación superior me ayudó a romper maldiciones generacionales y abrir muchas más puertas de posibilidades, pero lo más importante es que me dio fe y esperanza de que algún día tendría una vida mejor que la de aquellos que me precedieron”.
Rosario Rodríguez, promocionando su campaña de recolección de fondos en North Fork. Foto: Cortesía Adrianna Chandler
Una vez que lograron recaudar el dinero suficiente, gracias al apoyo de la comunidad local, las jovenes armaron viaje para Guatemala y allá, en territorio Palenciano, ellas mismas se encargaron de entregar los donativos. 150 estudiantes entre los 4 y los 12 años de edad y 50 más, entre los 12 y los 17, fueron los afortunados en esta ocasión: El 6 y el 7 de mayo, recibieron paquetes con cuadernos, lápices, lapiceros, borradores y hasta calculadoras científicas, en el caso de los más grandes. Un hecho que impregnó de dicha no solo a los beneficiarios, sino también a este dúo de jovenes activistas, para quienes ayudar a su gente se ha convertido en una especie de filosofía de vida.
“Cuando llega la temporada de regreso a clases en los Estados Unidos de América, se presenta como un momento divertido donde los niños van con sus padres a comprar cuadernos geniales o borradores divertidos, junto con útiles escolares como: tijeras, bolígrafos y mochilas. Sin embargo, en muchas zonas de América Latina las instituciones escolares están subdesarrolladas. Lo que aumenta el estrés financiero de tener que proporcionar a los niños útiles escolares básicos. Esto hace que algunas familias saquen a sus hijos de la escuela para poder trabajar y sobrevivir”, relata Trisha Martínez, la otra creadora de Quetzi Quetzal. “Si podemos hacer una pequeña mella para aliviar parte de esa presión mediante la recaudación de fondos para que algunos estudiantes de una escuela en Guatemala obtengan los útiles que necesitan, entonces tal vez podamos alentar a esos niños a permanecer en la escuela”.
Trisha Martínez entrega paquete de útiles escolares a uno de los pequeños beneficiarios de Palencia, Guatemala. Foto: Cortesía Espe Monzón
Las dos jóvenes creen que vivir en nuestra área las ha puesto en una posición privilegiada, que les ha permitido estudiar, superarse y realizar sueños, pero aseguran que si algo tienen claro en esta vida, es que ninguno de esos privilegios les puede hacer olvidar de dónde han venido. Ayudar a los que se quedaron en la tierra de sus antepasados, es su consiga.
“Desafortunadamente, el 57% de mi pueblo vive en la pobreza y el 42% vive en la pobreza extrema. Mi papá solo llegó al tercer grado y mi mamá al noveno grado, pero desde que inmigramos, Marvin, mi hermano y yo hemos sido los primeros en nuestra familia en graduarnos de la escuela secundaria en Greenport y la universidad de SUNY Oneonta (2015 y 2019). Por eso nuestro GoFundMe se centró en la compra de material escolar para los estudiantes de Palencia que más lo necesitan”, dijo Rosario.
“Personalmente creo que cualquier forma en que podamos ayudar vale la pena. Crecí sabiendo que mis tíos, tías o incluso los padres de mis amigos, que crecieron en América Latina, solo recibían menos de una educación secundaria debido a la falta de recursos en sus comunidades. Por eso este proyecto es tan importante para mí, porque todos importan y todos merecen una oportunidad“, añadió Trisha.
Rosario, de 26 años y Trisha, de 24, aseguran que el impulso de Quetzi El Quetzal no se detendrá, porque las necesidades de las comunidades en América Latina, parecen ir siempre en aumento. Ahora están pensando en adelantar una campaña para dotar a Palencia con filtros de agua e impulsar una iniciativa para apoyar a los emprendedores y empresarios de esa localidad.
Todo parece indicar que seguiremos escuchando de este dúo dinámico y de su labor altruista.
