El municipio de East Hampton empezó a aplicar desde la semana pasada, las restricciones de parqueo, que normalmente se ponen en marcha en la época del verano, con el fin de garantizar que se cumpla al pie de la letra, los mandatos de distancia social, necesarios para combatir el COVID-19. La decisión se tomó ante el aumento de visitantes, que ha alcanzado límites similares a los de la temporada más poblada del año, como lo alertó hace unos días el supervisor Van Scoyoc.
La medida restringe el parqueo en ciertas áreas de la playa o en los extremos de las carreteras, tal como aparece explicado en las señales desplegadas en cada zona y aplica tanto para residentes como para visitantes.
Sólo el fin de semana pasado, cuando entraron en vigor las restricciones, las autoridades impartieron 177 multas por infracciones relacionadas con estacionamiento.
Las normas entran en vigencia en esta oportunidad más temprano de lo usual, con el ánimo de limitar el número de personas que acuden a estos sitios y de esta manera velar porque se respete la distancia mínima de 6 pies que está en vigencia.
La ciudad también anunció que la venta de calcomanías de estacionamiento para no residentes se ha suspendido hasta nuevo aviso y que las calcomanías para no residentes que estén vencidas no se extenderán automáticamente como se está haciendo con otros permisos municipales.
El supervisor de East Hampton autorizó horas extras policiales para que cuatro oficiales de policía y dos oficiales de la patrulla marina, velen por el cumplimiento de las normas de parqueo los sábados y domingos.
Foto: Google Street View
