Ovzie Cannon, un residente de Queens de 40 años, fue acusado hoy formalmente de tener relaciones sexuales con una niña de 15 años, que era residente de Brentwood Residential Center for Girls, mientras él se desempeñaba en la institución como especialista en apoyo a la juventud.
Según la investigación, entre enero y febrero de este año, Cannon fue empleado del Centro Residencial para Niñas de Brentwood, una instalación operada por la Oficina de Servicios para Niños y Familias del Estado de Nueva York. La instalación atiende menores, generalmente entre las edades de 12 y 18 años, que han sido juzgadas como delincuentes juveniles. Durante ese tiempo, se le asignó al trabajador, la misión de monitorear la habitación de la víctima de 15 años, pero de acuerdo con el reporte de la fiscalía, en más de una ocasión, Cannon le habría proporcionado a la víctima comestibles que contenían cannabinoides, y luego habría tenido relaciones sexuales con ella.
“Este acusado violó miserablemente su deber de cuidar a la víctima al supuestamente aprovecharse de su posición de confianza y autoridad para satisfacer sus deseos sexuales”, dijo el fiscal de distrito, Raymond Tierney. “Ningún niño debería tener que soportar el abuso sexual, y mucho menos en un centro en el que debería sentirse seguro. Mi oficina siempre buscará justicia para las víctimas de abuso sexual procesando agresivamente a los depredadores sexuales como este acusado”.
Hoy, Cannon fue procesado por la jueza del tribunal del condado, Karen M. Wilutis, por dos cargos de violación en tercer grado, un delito grave de clase E, dos cargos de acto sexual criminal en tercer grado, un delito mayor de Clase E y poner en peligro el bienestar de un niño, un delito menor de Clase A.
El juez Wilutis ordenó que Cannon fuera retenido con derecho a fianza y que regrese a corte, el 2 de mayo.
Este caso está siendo procesado por la asistente del fiscal de distrito Erin Branigan de la Oficina de Abuso Infantil y Violencia Doméstica.
Nota del editor: Un cargo criminal es una acusación. Se presume que un acusado es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal de justicia.