El 31 de octubre de 2022 fue sin duda un día de horror para Lucía Reinhardt, una residente de Hampton Bays, de origen colombiano, quien debido a un paro cardíaco, sufrió una lesión cerebral que la ha condenado desde ese fatídico Halloween, a vivir en una cama de hospital y ha sumergido a sus seres queridos en una especie de cuento de terror.
“Su cerebro no recibió oxigeno por 14 minutos, desde entonces ella ha estado en el hospital de Southampton, postrada en cama, en donde requiere asistencia total con todo”, relata su hija Sandra Vallejo.
Atrás quedaron los días de energía y trabajo, en los que Lucía laboraba arduamente limpiando casas, un oficio con el que se hizo reconocida en nuestra área, desde su llegada a los Estados Unidos, hace 25 años. La lesión en su cerebro hizo necesario que fuera internada en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Southampton y su hija Sandra tuvo que viajar desde Colombia para hacerle frente a la situación.
”Yo me vine apenas me dijeron que mi mamá había sufrido un colapso”, dijo. “Reuní dinero, pedí ayuda y viaje a encontrarla en una UCI”.
Los días pasaron y mejoría jamás llegó para Lucia. El tiempo de estadía en los Estados Unidos, terminó para Sandra, quien tuvo que regresar a Colombia dejando a su madre en la misma cama de hospital, nadando un mar de dudas sobre su salud y su futuro.
”Ella tiene una pareja, entonces es la persona que podía llegar del trabajo a las 5 de la tarde y estar con ella hasta las 8 de la noche, ósea que mi mamá permanecía sola en el hospital”.
Como si las malas noticias no fueran ya suficientes, al llegar a Colombia Sandra fue diagnosticada con cáncer de mama y tuvo que dar inicio a un tratamiento intensivo y urgente para salvar su vida. Durante largos meses, se vio impedida para viajar a socorrer a su madre enferma. Lucía fue trasladada del hospital de Southampton a un hogar de rehabilitación, donde según Sandra, poco o nada están haciendo por ella.
“Más o menos al mes o 20 días me diagnosticaron con cáncer. Cirugía, quimioterapia, radioterapia, en fin, yo decía cuánto tiempo tiene que pasar para yo poder regresar a ver a mi mamá. Yo lloraba, decía qué es esto, qué pesadilla”, relata Sandra. “Mi mamá estaba en el hospital de Southampton pero al no tener más ayuda, la remitieron a este centro de rehabilitación pero eso no es un centro de rehabilitación, es un ancianato, en unas condiciones precarias, impresionantes. A mi mamá no le mueven una uña, escasamente le llevan la comida”.
Tras terminar la primera fase de su tratamiento contra el cáncer, los médicos autorizaron a Sandra para viajar nuevamente y ahora está de regreso en nuestra área, luchando por mejorar las condiciones de vida de su madre.
“Mi mamá tiene una movilidad mínima. Mejor dicho mi mamá está hecha un vegetal en una cama”, dice Sandra. “Ella no está tan consciente de las cosas, pero me reconoce, cuando me vio me dijo mamita usted porque no había venido, me había dejado aquí tirada y yo sin poderle decirle nada”.
Sandra está empeñada en llevar a su mamá de regreso a su patria. Se niega a dejarla sola en Nueva York en condiciones tan infrahumanas. Pero de acuerdo con los médicos, Lucía no podría viajar en un vuelo comercial tradicional, porque su vida correría peligro. El viaje tendría que ser en un avión ambulancia, cuyo costo alcanza los 68 mil dólares, una cifra que por supuesto esta mujer no puede costear.
“Ella me suplica, me llora, me dice por favor lléveme a Colombia, sáqueme de aquí”, dice Sandra. “Cuando llego a verla me pregunta: ya mañana nos vamos?”, y yo le digo mami téngame paciencia que estoy buscando la manera y haciendo lo que más puedo”.
Con el tiempo en contra nuevamente, debido que en julio debe retomar su tratamiento para vencer el cáncer, Sandra se ha propuesto mover cielo y tierra para reunir el dinero necesario para llevar a su mamá a casa, en donde según ella, con el amor de sus familiares y los cuidados de sus seres queridos, la anhelada mejoría, podría por fin llegar.
Una campaña de recolección de fondos a través de GoFundMe, distribución de recipientes para recoger donativos en establecimientos comerciales y hasta un evento de recolección de dinero, son ideas que rondan la cabeza de esta desesperada hija, con la firme intención de lograr su propósito.
“Yo hay veces digo, cómo fue que mi mamá llegó a esto, quisiera pensar que es una pesadilla, porque aveces ni yo misma lo creo”, dice Sandra.
Si después de leer esta historia, usted quiere tenderle un mano a esta familia, por favor haga click aquí para especificar el monto de su porte. Cualquier donativo por pequeño que parezca irá sumando y acercándolos poco a poco a la meta. También puede comunicarse con Sandra para hacerle un donativo directo llamando al 631 508 0776
La meta es grande, el camino es largo y desafiante, por eso ellos necesitan de usted. Necesitan de la solidaridad de nuestra gente, para que la esperanza de una familia no quede abandonada a su suerte en una cama de hospital, a kilómetros y kilómetros de su hogar.