Una familia de Medford, que prefiere mantenerse en el anonimato, creyó haber encontrado a finales de octubre la casa de sus sueños en Marketplace: Estaba cerca de la escuela de los niños, del trabajo de los padres, tenía 4 dormitorios ideales para una familia de 7, y se encontraba localizada en un buen sector. Hasta ese entonces, según el relato de los afectados, la casa del 83 de Smith Lane, no tenía nada malo.
Como encontrar vivienda para rentar hoy en día en nuestra área, es como buscar una aguja en un pajar, la familia se apresuró a contactar a la persona que anunciaba la propiedad en la red social, con la ilusión de poder llegar a un acuerdo con ella.
“Yo la contacto, me cita en la casa, voy a la cita, me muestra la casa, me indica como abrir las puertas y me indica todo,”, señala uno de los miembros de esta familia.
La persona, que se identificó como la propietaria de la casa, le pidió a la familia cumplir con una serie de requisitos para poder tomarla en renta.
“Me dice que cuesta 3,200 y me dice que para rentarla necesita mis IDs, prueba de ingresos, cuenta de banco, prueba de trabajo de todas las personas que van a vivir, todo normal. Entonces yo reúno toda la carpeta y nos volvemos a encontrar en la misma casa, dentro de la casa”, dice uno de los afectados.
Nada, hasta ese momento, despertaba las sospechas de esta familia a la que le hacía ilusión mudarse cuanto antes.
“Voy y le entrego 2 mil dólares como una seña, para que no la rentara a nadie más, para que la separara. Entonces quedamos en una hora para entregarle todo el dinero y ella entregarme las llaves de la casa”.
En esa última cita la familia entregó la totalidad del dinero, firmó un contrato de arrendamiento, similar a los que han firmado en otras propiedades y la supuesta dueña, que se identificó como Sonia De La Cruz, les entregó las llaves de la casa.

Parte del contrato que la familia firmó antes de que les hicieran entrega de las llaves de la casa.
“Entonces yo voy a la casa, dejo unas plantas, le digo que si puedo limpiar y ella dice que no hay problema. Yo ya estaba tranquila, me iba mudando poquito a poquito, desde el miércoles, jueves, el viernes me termino de mudar en su totalidad. Nos instalamos en la casa, todo aparentemente normal”.
Sin embargo esa normalidad se vio interrumpida abruptamente tan solo un día después de haberse instalado en la vivienda. Mientras la señora de la casa estaba en su trabajo, se presentaron en la propiedad los supuestos agentes de bienes raíces de los verdaderos dueños, increpando a los hijos de esta familia, por estar dentro de la casa.
“Mi hijo me llamó y yo le dije que me pasara a la persona y ella me dijo: señora yo vengo de parte de los dueños, ellos ni enterados están de esto. Esta casa no está en renta, está en venta, qué hacen ustedes aquí” relata. “Yo me asusté porque pensé que esas personas se querían meter a la casa y entonces yo llamo a la policía y les digo que acudan a mi casa porque estaban mis niños ahí. Estaba una muchacha de 20, mi niño de 13 años, la niña de 5 años y un bebé de dos años”.
La madre dice que abandonó su trabajo y se fue de inmediato a la vivienda, a donde también llegó la policía. En cuestión de segundos ella y su familia pasaron de ser inquilinos legales, a ser los ocupantes de una casa que no estaba disponible para la renta.
“Les mostré mi contrato firmado y ellos dicen que no saben quién es esa persona. Entonces yo llamo a la persona que me rentó y ya no me contesta el teléfono”, dice la señora.
La policía a la que la familia llamó con la esperanza de obtener ayuda, ahora les pedía que desalojaran la vivienda y no solo eso, dicen ellos que les dieron un plazo de horas, para que sacaran todas sus pertenencias.
“La ayuda de la policía fue ‘se tienen que ir de aquí’. Yo le dije señor yo no me puedo ir, esa es mi renta y mi security, yo no tengo más dinero. No tengo a donde ir”, relata.
La familia no tuvo más opción que salir de la propiedad, buscar otra vivienda y volver a pagar, esta vez, por una casa más costosa.
En total perdieron 6,400, dólares equivalentes al primer mes de arriendo y al pago de seguridad, más los 4000 que tuvieron que pagar en la nueva casa. En medio del desespero la familia contactó a la organización OLA of Eastern Long Island para pedirles orientación y consejo en estos momentos de angustia. OLA confirmó que la propiedad no se alquila, sino que se vende.
En el sitio de bienes raíces Coldwell Banker la casa es ofrecida a un costo de 559,999 dólares. La propiedad pertenece a una sociedad en la que figuran varios nombres, pero ninguno de ellos es Sonia De La Cruz.

Tras la decepción y el impacto económico, esta familia esta empeñada en alertar a la comunidad local, para que a otros no les pase lo mismo que a ellos. Aunque han pedido ayuda de las autoridades hasta ahora nadie les ha dado una respuesta.
“Al tercer día me vuelven a escribir ofreciéndome una casa de mil dólares, algo que no sucede. Entonces vengo a la policía a decirles que me ayuden, que quién es el que está investigando mi caso para que por intermedio de esta persona que me está ofreciendo esta casa, a lo mejor atrapemos a la que me estafó porque cómo tiene mi número, pero nadie me hace caso”, relata la víctima. “Yo necesito recuperar mi dinero. Me quede en la calle, les di todo. Alguien tiene que ser responsable”.
La asesora legal de la organización OLA Of Eastern Long Island, Erika Padilla, explica que seguirle el rastro a este tipo de estafas es una misión casi imposible, porque los embaucadores se aseguran de no dejar pista alguna.
“No tenemos un nombre verdadero, ya en el número de teléfono no contestan. Estas personas compran unos teléfonos prepagados, los usan, hacen la estafa y luego los botan”, dijo Padilla.
Lo que si puede hacer la comunidad en estos momentos en los que estas estafas parecen estar fuera de control, es agudizar sus sentidos. OLA le pide a la gente abrir bien los ojos y estar más alerta que nunca, para aprender a identificar las banderas rojas de esta modalidad de engaño:
- Evitar plataformas informales como Marketplace.
- Verificar la propiedad en las oficinas del condado de Suffolk o a través de una búsqueda en línea. Si no sabe como hacerlo contacte a OLA porque ellos pueden ayudarle.
- Pedir documentos a las personas que están rentando las propiedades. Si es el dueño, puede pedir las escrituras de la casa.
- No confíe en negocios relámpago. Los estafadores siempre presionan para cerrar tratos en tiempo récord.
- No confíe en rentas a precios muy bajos.
- Si tiene dudas pídale al dueño de la casa que le demuestre que esa es su propiedad antes de hacer cualquier negocio.
- Hable con los vecinos del lugar y pregunte si conocen al dueño.
- Consulte con otros agentes de bienes raíces para que verifiquen si la propiedad está efectivamente en renta.
- Se recomienda no hacer pagos en efectivo, sino por cheque o transferencia bancaria.
- Se recomienda hacer preguntas específicas sobre la casa, sobre los vecinos o sobre el sector. Si es un engaño es posible que el estafador no conozca la información y se ponga nervioso.
- Tenga en cuenta que algunas compañías de bienes raíces dejan las llaves de las propiedades en un escondite de la casa, para que los agentes tengan acceso a ellas. Los embaucadores ya saben eso y en cualquier momento pueden ir por las llaves y hacerles una copia.
Usted debe saber que los estafadores cuidan cada vez más detalles para que todo parezca perfecto y real. Eso significa que la comunidad también debe estar más atenta y vigilante, dudar de todo y no hacer ningún pago hasta que esté 100% segura de que se trata de un negocio legítimo.
Si necesita ayuda con una estafa de alquiler, llame a OLA al 631 899 3441.
