Para Washington Astudillo, un inmigrante ecuatoriano de 68 años de edad, residente de Hampton Bays, la vida ha dado un vuelco total en un abrir y cerrar de ojos. Hasta hace poco más de un año, trabajaba en una pizzería de Wainscott, era el apoyo de su esposa y sus 4 hijos radicados en Cuenca y había planeado esforzarse unos cuantos años más, lejos de casa, para reunir el dinero necesario y finalmente retirarse en su país natal, rodeado del amor y el calor de su familia.
Sin embargo el destino tenía planes diferentes para él: En diciembre de 2023, fue diagnosticado con melanoma, una de las formas más graves de cáncer de piel. Tuvo que dejar su trabajo para entregarse en cuerpo y alma a luchar contra esta enfermedad. Se la pasó todo el 2024, entre cirugías, quimioterapias y radiaciones, con la ilusión de vencer el mal. Pero hace unos días, los médicos le dieron la más devastadora de las noticias.
“Los doctores dijeron que aquí no pueden hacer más nada por él”, dice María Macancela, hermana de Washington. “Se está haciendo su tratamiento igual, pero el cáncer ya le llegó al cerebro”.
Aunque su ánimo está intacto, al igual que las ganas de seguir batallando, la familia asegura que su cuerpo muestra sin piedad los avances de la enfermedad. Washington ya no puede desplazarse sin la ayuda de una silla de ruedas, necesita asistencia para las cosas más básicas y con el paso de los días, los dolores y las afecciones se hacen más evidentes.
“El necesita de mucha ayuda, no puede hacer sus cosas solo. Aveces lo cuido yo, o mi otro hermano que está por aquí en Hampton Bays, viene en la mañana, o en la tarde, también una amiga mía. Entre todos le estamos ayudando”, dice la señora Macancela.
Washington tiene fe en que si regresa a Ecuador y se pone en tratamiento allá, al lado de su esposa y sus hijos, la recuperación que hasta ahora le ha sido esquiva, por fin llegará.
“El quiere ir a hacer un nuevo tratamiento en el país de nosotros. El siente que allá se va a curar y él dice que tiene fuerzas todavía y tiene esos sueños de curarse. El allá se va a sentir mejor, más acompañado”, dijo la hermana.
Con la intención de hacer realidad el sueño de que pueda viajar a Ecuador y solventar sus gastos allá, los hermanos de Washington radicados en Hampton Bays, han puesto en marcha una campaña de recolección de fondos, para que la gente latina de buen corazón, que nunca es indiferente ante el dolor de nuestra comunidad, puede vincularse con donativos.
“Que si pueden hacer lo posible para darnos una mano, porque hemos luchado y luchado y ya no avanzamos. El ha sido muy trabajador, es un hombre muy responsable y muy bueno”, dijo la señora María.
La situación económica para este inmigrante que durante 29 años trabajó duro en los Estados Unidos, es bastante precaria en la actualidad, debido a que durante los últimos 12 meses no ha podido trabajar. Además tiene la ilusión de regresar a su tierra e iniciar un tratamiento nuevo. El está convencido de que allá, cerca de los suyos, la medicina y amor, harán el milagro.
Si usted quiere contribuir a que Washington regrese a casa y continúe luchando por su vida, haga click aquí. Cualquier donativo, por pequeño que parezca, será de gran ayuda para que puede alcanzar su sueño de vida.