El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo firmó una ley que pone fin a la práctica de suspender la licencia de conducir de una persona cuando no puede pagar una multa de tráfico. Esta legislación permitirá que cientos de miles de neoyorquinos recuperen sus licencias de conducir y, con ello, su acceso al trabajo y otras necesidades, según un comunicado de prensa emitido por el Centro de Justicia de Multas y Tarifas.
La ley, una versión enmendada de la Ley de Reforma de la Suspensión de la Licencia de Conducir que fue aprobada en julio, fue patrocinada por el senador Tim Kennedy de Buffalo y la asambleísta Pamela Hunter de Syracuse.
Entre enero de 2016 y abril de 2018, Nueva York emitió casi 1.7 millones de suspensiones de licencias de conducir por falta de pago de multas de tránsito y por no comparecencia en audiencias de tránsito. Si una persona conduce con una licencia suspendida, está sujeta a arresto, más multas y tarifas, e incluso a la cárcel, simplemente porque no puede pagar una multa de tráfico. Según la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, debido a que las personas latinas y de raza negra son detenidas, multadas, acusadas y condenadas de manera desproporcionada en relación a otros grupos por infracciones de tránsito, esto supone una carga mayor para sus familias y comunidades.
La nueva ley pondrá fin a las suspensiones de licencias por falta de pago de multas de tráfico, y además también pondrá a disposición planes de pago asequibles para pagar esas multas. El plan de pago consistirá del 2% del ingreso mensual de una persona o $25 al mes, lo que sea mayor.
Si la persona ya tiene la licencia suspendida por falta de pagos de multas, la reforma también restablecería el privilegio de conducir a esas personas.
“Nueva York ha dado un paso crítico hacia la justicia racial y económica al promulgar la reforma de suspensión de la licencia de conducir”, dijo Claudia Wilner, directora de litigios y defensa del Centro Nacional de Derecho y Justicia Económica. “Cientos de miles de neoyorquinos de bajos ingresos, especialmente neoyorquinos de color, obtendrán acceso a empleos, transporte y nuevas oportunidades económicas”.
Con esta ley Nueva York se une a otros nueve estados y al Distrito de Columbia que han aprobado leyes similares en los últimos tres años.
