En el día 324 de la lucha contra el COVID-19 en el estado de Nueva York, el gobernador Cuomo habló de algunos aspectos inquietantes especialmente para la región de Long Island, conformada por los condados de Suffolk y Nassau, a la que le dedicó especial atención en su exposición de hoy. Dijo que la isla ha dado un salto hacia la dirección incorrecta, lo cual preocupa a las autoridades de salud del estado.
“Long Island ha dando un salto relativo, lo cual es preocupante, y lo estamos observando”, dijo el gobernador. “Saltó y no es en la dirección correcta. La tasa de positividad, nuevamente se ve que en Long Island, ha dado un brinco al 7.8%, eso es problemático, y eso es nuevo, por cierto”.
Aunque el ejecutivo del Condado de Suffolk, Steve Bellone, entregó la semana pasada un balance un poco más positivo, luego de que el índice de positividad se estabilizara por debajo del 10% durante 7 días continuos, el promedio de la región, que comprende también al condado de Nassau, se ubica en terrenos peligrosos, que no se recorrían desde las épocas más oscuras de esta pandemia. Las hospitalizaciones, el aspecto en el que se concentran los especialistas de la salud para analizar el impacto del virus, también han tenido un repunte preocupante en la región, alcanzando los 1,649 casos. En las métricas de los especialistas esto indica que de la población general de toda la isla, el 0.06% está hospitalizado por covid, una cifra superior a la que reportan casi todas las demás regiones del estado. Por eso el gobernador encendió las alarmas y dijo que el área en general, es un foco de atención al que no se le puede quitar la mirada.
De las 16,006 pruebas que se administraron en la última jornada en el condado de Suffolk, 1,362 dieron positivo en COVID-19, lo que equivale a un 8.5%. El promedio de la tasa de contagio para los últimos 7 días, es de 8.6%.
El otro factor preocupante del que habló hoy el gobernador es la llamada“ segunda ola”. Para quienes pensaban que esa ya era una prueba superada, el mandatario aclaró que todo parece indicar que ni siquiera ha llegado.
“La primera ola fue en la primavera. La segunda ola no fue la oleada de vacaciones. La segunda ola de la pandemia de gripe de 1918 tuvo una cepa y luego, después de esa cepa, hubo una segunda cepa y la segunda cepa hizo más daño que la primera cepa. No hemos visto una segunda cepa. La gente comenzó a llamar a la oleada navideña una segunda ola. Fue un segundo impacto, no una segunda ola. Una segunda ola sería la introducción de una nueva cepa. Eso es lo que pasó en 1918”.
El mandatario dijo que el mundo apenas está empezando a conocer acerca de la cepa del Reino Unido, se está enterando de que hay una cepa sudafricana y una brasileña, por lo que el verdadero segundo capítulo de esta película de terror, podría estar llegando apenas en el mes de marzo, un año después de la primera arremetida.
“Los CDC dijeron durante el fin de semana que es posible que la cepa del Reino Unido sea la cepa dominante en marzo. Esa sería una segunda ola porque la cepa del Reino Unido es mucho más contagiosa que la primera cepa de COVID”, dijo el mandatario. Cualquiera de estas tres cepas podría ser una segunda ola. Si el CDC tiene razón y la cepa del Reino Unido se vuelve dominante en marzo, entonces se vería una mayor tasa de infección y eso no sería bueno.
Según el gobernador después del repunte de fin de año, producto de la actividad social y la llamada propagación de sala, las cifras han empezado a descender y las curvas de contagio en todas las regiones, tienden a la baja. Sin embargo aclaró que con la amenaza de las nuevas variantes del covid y el bajo suministro de vacunas, la batalla contra este enemigo común, está todavía muy lejos de terminar.