Les confieso que desde muy pequeña me he sentido atraída por las misiones espaciales, no precisamente porque haya soñado con hacer parte de una de ellas, sino porque me parece fascinante que el ser humano haya tenido la capacidad de desarrollar los mecanismos para llegar a destinos tan recónditos y explorar los misterios de otros mundos. Pero esta semana, viendo el aterrizaje en Marte, de la “nave” no tripulada que acaba de enviar la NASA al planeta rojo, sentí una emoción distinta: la emoción de ver a uno de los nuestros, conquistar terrenos que antes nos eran muy esquivos. Por primera vez en la historia de la NASA, el aterrizaje del brazo robótico que explorará el territorio marciano, fue transmitido al mundo entero en español y la encargada de narrar los pormenores de la hazaña, fue una ingeniera colombiana, que no sólo cumplió con honores su papel de portavoz, sino que es además la capitana de la misión que busca descifrar los enigmas de este planeta.
Su nombre es Lady Diana Trujillo, ingeniera aeroespacial del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, nacida en Cali, Colombia.
Ella fue la líder de la misión del rover Mars Curiosity y actualmente comanda el equipo de ingeniería, responsable del brazo robótico Perseverance (Perseverancia), que se instaló en el suelo de Marte desde el 18 de febrero pasado. Hoy además de todos sus pergaminos, credenciales y títulos, que no son pocos, tiene uno más: haber sido la cara de la primera transmisión en español de la NASA , sobre un aterrizaje planetario.
Las redes sociales de esta talentosa profesional, en las que resalta el slogan “From Cali to Mars” (de Cali a Marte), son prueba irrefutable del orgullo que siente por sus raíces y por el camino que tuvo que recorrer para llegar a comandar una de las misiones más importantes que ha desplegado la NASA en los últimos tiempos.
Y es que la historia de Diana no es distinta a la de los miles de inmigrantes que llegan a este país en busca de sueños y mejores destinos.
“Antes limpiaba casas y hoy intento averiguar si hay vida en otro planeta. Mi nombre es Diana Trujillo y trabajo con brazos robóticos para recolectar muestras en Marte”, dice Diana en un vídeo de la NASA, que describe su misión.
Para quienes no conocemos de ingeniería aeroespacial, Perseverancia, puede ser un cúmulo de tuercas, tornillos y piezas metálicas, que juntos, tienen la capacidad de semejar un brazo humano, pero para quienes realmente saben del tema, ese robot representa la esperanza para responder muchas de las preguntas que se ha formulado la humanidad a lo largo de la historia.
“Lo que que estamos tratando de hacer es vagar por la superficie de este planeta desconocido para tratar de averiguar si en algún momento hubo vida en la superficie de Marte”, dice la ingeniera Trujillo. “Usaremos el brazo para colocar esos instrumentos o el taladro que recogerá la muestra que son los que irán analizando ese terreno y ayudándonos a entender de qué está compuesto y entender si hubo alguna trazabilidad de vida. Y me siento una persona muy afortunada de trabajar en esto”.
No es para menos, cuánto camino ha recorrido desde que salió de su natal Cali, a los 17 años de edad, huyéndole a la violencia, para buscar, como todos, el llamado sueño americano. Sólo que el de ella, no estaba en una empresa o en un negocio, su sueño americano estaba en el interior de la encopetada Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio, o lo que todos conocemos como NASA, por sus siglas en inglés.
“Nací y crecí en Colombia. Había mucha violencia en mi país, así que para mí, mirar al cielo y mirar las estrellas era mi lugar seguro. Vine a los Estados Unidos cuando tenía 17 años. Aprendí inglés. Me pagué por la universidad y finalmente solicité trabajar aquí”, dice Diana en un video de la NASA. Pasamos muchas horas aquí, probando todo, desde cómo se debe mover hasta cómo lo vamos a configurar. Estamos tratando de entender cómo usaremos el hardware y el software para que haga lo que queremos hacer en la superficie de Marte”.
Quizás por todo eso, el jueves pasado, ella era la más eufórica, la más entusiasta, la más orgullosa.
“Hemos llegado, Perseverancia llegó, es confirmado! Ha resistido al aterrizaje”, dijo Diana, narrando de viva voz, en español, la llegada del robot. Luego se escucharon los aplausos de todos y un sentido ”Yes!” de la capitana colombiana.
Aplausos que traspasaron todas las fronteras y llegaron hasta su país, donde hoy reina el orgullo, por esta misión exitosa comandada por una caleña, que viajó a los Estados Unidos, con 300 dólares en el bolsillo, sin hablar una sola palabra de inglés y hoy se codea con los grandes, llevando su conocimiento a órbitas y esferas muy lejanas.
Buena esa paisana!!!
Porque como colombiana y como latina, yo también me siento orgullosa de ella, del trabajo serio que ha realizado durante todos estos años, de los esfuerzos que ha hecho para acercar la NASA a la comunidad latina y del mensaje claro que le está entregando a nuestras nuevas generaciones: Si se puede!! Por supuesto que se puede!!!
“Se trata de cuál es tu entusiasmo, tu pasión, y si estás decidido a lograr lo que quieres en tu vida, encontrarás la manera”, dijo la ingeniera Trujillo. Yo me siento extremadamente feliz de saber que puedo ser parte de un grupo que puede cambiar la historia”.
Y nuestros niños, los que anhelan llegar tan lejos como Diana o más, tienen que enterarse de ese mensaje. Tienen que saber que las limitaciones no existen, cuando los sueños van más allá de las estrellas.
“Yo vengo al trabajo como una mujer hispana, representando a muchas personas que no han pensado que pueden ser parte de esto”, dijo
Después de siete meses de viaje espacial, muchos años de trabajo e investigación, el hombre está hoy más cerca de saber si está solo en la galaxia o no, está más cerca de saber si ha habido vida en otros planetas. Sin duda serán muchos años más de esfuerzo, para darle respuesta a esas y otras tantas inquietudes, pero por ahora, estamos de plácemes, porque la misión que se adelanta en el planeta rojo, tiene sello Latino.
