Exposición en el Museo Parrish explora cómo la obra de Frida Kahlo estuvo inspirada por los desafíos físicos extremos que enfrentó en su vida

Con más de 100 objetos nunca vistos, la exposición “Kahlo: un cuerpo expandido,” estará abierta al público hasta el 2 de abril

In Comunidad, Portada by Maria del Mar PiedrabuenaLeave a Comment

Frida en San Angel, 1940. Foto: Ivan Dmitric. Cortesía Parrish Art Museum

Desde ahora hasta el 2 de abril, el Museo de Arte Parrish presentará “Kahlo: un cuerpo expandido,” una exposición de arte con más de 100 objetos nunca vistos sobre la famosa artista Mexicana Frida Kahlo (1907-1954)  desde un innovador enfoque que revela como el cuerpo de Frida y los desafíos físicos extremos que sufrió, sirvieron como inspiración y metáfora en su obra a lo largos de los años. 

A través de fotografías de archivo, cartas íntimas y registros médicos que se centran el dramático historial médico de la artista y el impacto continúo en la vida de Frida, la exposición en el museo Parrish es una oportunidad única para entender más a la célebre artista y cómo veía el mundo, según los organizadores. El museo ha dedicado varias galerías a la exposición para mostrar a la artista desde esta nueva perspectiva, donde se presenta al cuerpo como una fuente perdurable para las representaciones figurativas y metafóricas de Kahlo en su vida física y emocional.

Frida con traje chino, ca. 1946. Facsímil, enmarcado Antonio Khalo. Cortesía del artista/Parrish Art Museum 

Los más de 100 objetos expuestos en “Kahlo: un cuerpo expandido,”  han sido recogidos y presentados al público gracias al acceso exclusivo a los archivos familiares privados de la sobrina-nieta de Kahlo, la artista mexicana Cristina Kahlo. Entre ellos, se encuentran facsímiles de cartas personales y postales entre Frida y su familia, amigos, amantes y médicos; fotografías de la artista y su círculo íntimo por fotógrafos mexicanos e internacionales como Lola Álvarez Bravo, Florence Arquin, Gisele Freund, Guillermo Kahlo, Antonio Kahlo y Nickolas Muray; y extensos registros y documentos médicos gráficos. El trabajo original de Cristina Kahlo que interpreta la vida de Frida Kahlo a través de la lente de sus problemas de salud, y el arte de María y Tolita Figueroa, incluida una escultura de corazón de tela a gran escala, elevan la exposición. 

Frida Kahlo planeó estudiar medicina antes de dedicarse al arte. Irónicamente, la atención médica siguió siendo un tema dominante en una vida definida en gran medida por médicos, hospitales, procedimientos y dolor crónico. Kahlo sobrevivió a un diagnóstico de polio cuando era niña y  un accidente de autobús casi fatal, que la devastó a nivel físico, a los 18 años. Estando inválida, con un yeso de cuerpo entero que la postró durante meses, comenzó a pintar.

La exposición de “Kahlo: un cuerpo expandido” comienza con una crónica de las estadías de Kahlo en el Hospital American British Cowdray (ABC) en la Ciudad de México representada a través de imágenes del personal, el exterior y el interior de la instalación, incluido el quirófano donde se llevaron a cabo muchos de sus procedimientos. La pared opuesta de la galería presenta un viaje visual con imágenes de Kahlo de períodos de vitalidad, alternando con retratos que revelan el costo físico de la mala salud a lo largo de la vida y culminando con imágenes de la artista en su lecho de muerte.

A lo largo de su vida, Kahlo transformó aspectos de su cuerpo (el corazón, el torso, la boca) en imágenes recurrentes en su obra. Toda una galería está dedicada al corazón a través de una variedad de representaciones figurativas y metafóricas de artistas y fotógrafos. Un corazón rojo de 30 pies de alto, “Unos Cuantos Piquetitos” creado por María y Tolita Figueroa en 1976, estará suspendido del techo de la galería. La escultura hace referencia a la pintura de Kahlo del mismo nombre y evoca la práctica del artista de pintar el órgano fuera del cuerpo. Otras obras abordan asuntos del corazón a través de imágenes de la artista con sus seres queridos: fotos familiares y de infancia de principios del siglo XX; fotografías grupales de las décadas de 1930 a 1950 con su esposo, Diego Rivera, y su antiguo amante, León Trotsky. Una fotografía de 1951 muestra a Kahlo en una silla de ruedas junto a su médico y amigo Juan Farill. Junto a ellos se encuentra el cuadro “Autorretrato con el retrato del doctor Farill” (1951), en el que Kahlo se sienta junto a su cuadro de Farill mientras sostiene una paleta en forma de corazón como símbolo de su afecto.

El cuerpo de la artista se representa aún más con las fotografías de 1938 de Julien Levy de Kahlo desnuda de cintura para arriba, dejando al descubierto su torso: sensuales retratos clásicos que desmienten los estragos internos de su columna. La sangre es un elemento frecuente en la obra de Kahlo, a menudo pintada en uno de sus colores favoritos, el rojo carmín, que también asocia con el corazón y los labios. El color aparece en un contexto más íntimo a través de sus propios besos con lápiz labial rojo que decoran fotos, cartas y postales a Rivera, a su íntimo amigo y asesor médico, el Dr. Leo Eloesser, ya la actriz mexicana Dolores de Río.

Postal enviada por Frida desde Nueva York al Dr. Leo Eloesser, 2 de noviembre de 1940. Facsímil, Los labios de Frida sobre papel. Colección Museo de la Filatelia de Oaxaca. Cortesía Parrish Art Museum 

Kahlo tuvo su primera exposición individual en México en 1953. Ignorando el consejo médico, asistió a la inauguración e hizo su entrada en una camilla de hospital llevada a la galería. Ese verano estuvo marcado por un fuerte declive físico, con la amputación de su pierna derecha y hospitalizaciones prolongadas. Cristina Kahlo documentó esas estancias hospitalarias en una serie de fotografías encajadas en cajas de luz que iluminan las fichas clínicas, cuadros y gráficos de sus signos vitales

La exposición incluye también una instalación interactiva para los visitantes del museo Parrish, que presenta una reproducción a gran escala de la pintura del artista “El sueño (la cama,)” 1940, y una cama real que imita la pintura; fotografías de batas de hospital similares a las que usaba Kahlo para limpiar sus pinceles mientras pintaba en la cama; y una mesa con postales para niños donde pueden crear y compartir en una iniciativa de arte comunitario.

Kahlo: un cuerpo expandido” está organizado por la directora ejecutiva del Museo de Arte Parrish, Mónica Ramírez-Montagut, y la curadora invitada Cristina Kahlo-Alcala, con el apoyo del curador asistente invitado Javier Roque Vázquez Juarez, la asistente curatorial y coordinadora de publicaciones Kaitlin Halloran y la curadora invitada Brianna L. .Hernández.

El Museo de Arte Parrish se encuentra ubicado en el 279 Montauk Highway en Water Mill. Para más detalles, visite parrishart.org.

 

 

 

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Maria del Mar Piedrabuena

Maria del Mar Piedrabuena

María del Mar es editora y periodista multimedia de Tu Prensa Local. Ha trabajado en reconocidos medios locales y nacionales y es ganadora de varios premios por su trabajo periodístico, incluido un primer premio por mejor columna otorgado por la Asociación de Prensa de Nueva York. Envíale un correo a maria@tuprensalocal.com

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