Camila Flórez, es una pequeña de 9 años, estudiante de la Escuela Primaria Phillips Avenue, de Flanders, a la que la vida le ha enseñado a mirar el día a día con madurez y a buscar alternativas para ayudar a su familia.
En diciembre del 2018, su padre, Erick Flórez, fue diagnosticado con una afección al riñón que impedía el adecuado funcionamiento de los órganos y estaba trayéndole consecuencias serias a su salud. En 2020, durante el punto más crítico de la pandemia, las noticias empeoraron para esta familia colombo-venezolana, ya que la función renal de Erick se limitó a un 15% y los especialistas decidieron ponerlo en diálisis. De inmediato su nombre también fue inscrito en una lista interminable de personas con historias similares a las de él, todos a la espera de un donante compatible.
“El ha estado con diálisis peritoneal, se la hacía en la casa y lo pusieron en una lista de espera de donantes porque su estado era muy crítico, eso nos dijeron en ese momento”, dijo Jessica Flórez, esposa de Erick.
Esa es la realidad con la que ha vivido la pequeña Camila, quien según su madre, es una niña muy inteligente, que conoce perfectamente la situación de su papá. Quizás por eso, no sorprendió mucho que hace unos días, fuera precisamente de la mente infantil de Camila, de donde surgiera la idea de crear una campaña, para buscar por sus propios medios, ese donante que papá ha esperado por años y que ha resultado tan esquivo.
“En televisión pasaron una propaganda de un niño que le da un papel a una persona en un parque, entonces el niño le dice, mi mamá necesita un riñón, y ella vio eso. Entonces ella decidió hacerlo también”, relata Jessica. “Ella dijo, mami vamos a mostrárselo a todas las personas que podamos, vamos a ir a los parques, a ver si podemos conseguir un donante de riñón vivo para mi papá”.
Camila se armó de colores, papel y sobre todo, de mucho amor. Así fue como construyó una especie de volante, en el que a su manera, con gráficos y algunas frases, pide a gritos ayuda para salvar la vida de su papá.
“Mi papá necesita un riñón”, dice el volante, a manera de título. “El ha tenido una enfermedad del riñón por más de 4 años y ahora está sufriendo mucho por eso. Esperamos que esto pueda llegar a su fin”, dice el clamor de Camila.
El volante contiene dibujos de riñones, ese órgano que por obvias razones, ella conoce muy bien y que en este momento podría ser la salvación de su papá, si una persona compatible, decide, en un acto de amor y solidaridad, donarle a Erick un riñón.
Quizás para muchos esto resulte ser un imposible, pero para Camila y su familia, es una ventana de esperanza por la que ahora quieren asomarse y en la que están concentrando todas sus energías.
“Por favor ayude a esta familia en necesidad”, dice otro trozo del volante de Camila, en el que además hay un dibujo de ella con su padre, elaborado por la menor.
El volante contiene información que Camila considera importante, como el tipo de sangre, O Positivo, que debe tener ese añorado donante.
Por supuesto el panfleto termina con el número de teléfono al que el aspirante puede llamar para manifestar su intención de ayudar. El 631 494 9177.
El último año ha sido particularmente complejo para la familia Flórez: En varias oportunidades Erick ha tenido que ser internado en el hospital debido a la seriedad de su condición. La diálisis que venía recibiendo ya no es suficiente para mantener su organismo saludable y los especialistas han ordenado que inicie un tratamiento de hemodiálisis que deberá ser impartido tres veces por semana.
“El se tiene que conectar a una máquina que le limpia la sangre. Se va a tener que conectar a esa máquina 3 o 4 veces por semana, ya los médicos dirán”, dijo Jessica.
La familia dice que han aguardado con paciencia y esperanza durante todos estos años, ser llamados para recibir el riñón de un paciente fallecido. Han visto pasar los meses y los días sin que llegue esa noticia y también han sido testigos del deterioro físico y emocional Erick, un trabajador del municipio de Southampton que a sus 40 años sueña con ver crecer a su hija, fortalecer su familia, viajar y seguir disfrutando de las pequeñas cosas, a lado de los que ama. Por eso es que ahora deciden abrazarse con todas las fuerzas de su ser, a la ilusión de que ese riñón llegue a través de una persona que esté viva.
“Obviamente la persona tiene que hacerse exámenes y el equipo médico de Stony Brook decidirá si esa persona es apta o no para donar un riñón. Esa persona tiene que estar sana, porque si es un riesgo para la persona los médicos le dirán no, no puedes donar”, relata Jessica.
Esta familia no está pidiendo dinero, pide solidaridad.!!! Porque la campaña de la pequeña Camila no puede dar frutos sin usted, es decir sin su apoyo para multiplicarla. Ayúdenos a regar la voz, hasta que la súplica de esta niña llegue a ese lugar donde está el donante que Erick necesita, el donante en el Camila cree, el donante que puede devolverle la alegría a esta pequeña y la esperanza a toda su familia.
“Ella es una niña muy inteligente, conoce la situación de su papá y ella lo hace obviamente porque quiere tener a su papá vivo”, dijo Jessica.
Recuerde: si usted o una persona que conoce, cree que puede ser el donante de Erick Flórez, y en un acto de infinito amor, está dispuesto a hacer este donativo de vida, llame ahora mismo al 631 494 9177.
