Por tercer año consecutivo, un residente de nuestra área ha puesto en marcha una campaña de recolección de fondos, para llevarle alegría a los habitantes de Escuintla, Guatemala, su tierra natal. Este año está rifando una moto de su propiedad, con la esperanza de reunir la suma necesaria para financiar en esta Navidad, unos 500 tamales, 200 regalos para niños y en caso de que alcance, un aporte económico para las personas más necesitadas de su pueblo.
El artífice de este gesto navideño es Kevin Barrera, un residente de Riverhead que viene desarrollando la cruzada desde el 2022, aunque asegura que este año estuvo a punto de renunciar, porque la finanzas en casa no han estado al 100%. Sin embargo, la ilusión de aliviar aunque sea un poco, las limitaciones económicas de sus coterráneos, pesó más y al final decidió desprenderse de algo suyo.
“Es una moto KX100 de dos tiempos, Kawasaki del 2019, es motocross”, dice Kevin. “Es mía, pero yo me estoy desprendiendo de ella para rifarla”.
En Escuintla la gente espera con ansias este día que se lleva a cabo gracias al esfuerzo de la madre y las hermanas de Kevin. Ellas no solo preparan los tamales, sino que compran los regalos para los niños y se encargan de que todo esté a punto para esta celebración que ya parece haberse institucionalizado en el pueblo.
“La meta es que mi madre haga los tamales, porque allá no todo el mundo tiene para comprar un tamal. Comprar regalos para niños y niñas y si sobra dinero, primero Dios que sí, que mi madrecita pueda ayudar a las personas más necesitadas. Por ejemplo que ella diga este viejito necesita, esta madre soltera también, y así ayudar a los que más necesitan”.
Kevin dice que el impulso para llevar a cabo esta misión es haber conocido de cerca la pobreza. Saber lo que es aguantar hambre y vivir en medio de limitaciones, en una familia de 12 hijos. Las precarias condiciones de aquel entonces, obligaban a su madre a alimentar primero a los más pequeños, porque no siempre había para todos, asegura. Esas carencias de infancia le enseñaron con creces la importancia de dar y compartir.
“Yo pasé por mucha pobreza. Yo sé lo que es estar en estas fechas sin comida y es muy triste”, asegura Kevin. “Una vez un señor me regaló 50 Quetzales que equivalen a 7 dólares, y ese fue el día más feliz de mi vida. Con 50 Quetzales compré comida, me compré una camisa barata y otras cosas. Gracias a esa persona, siempre recuerdo que un acto de bondad puede brindar felicidad”.
Kevin no puede hacer realidad este sueño en solitario. Necesita de la ayuda de la comunidad para que se vendan muchos, muchísimos puestos de la rifa. Entre más personas compren las boleta que tiene un costo de 50 dólares, más niños de Escuintla recibirán regalos, más familias tendrán un plato de comida en su mesa navideña y más personas podrán irse a casa con algo de dinero para solventar sus necesidades. En total, según los cálculos de Kevin, la actividad podría hacer felices a unas 1500 personas en esta Navidad.
“Si Dios me ha bendecido este año, porque de una u otra manera tengo trabajo, no puedo dejar de hacerlo. Es un día que ellos esperan con asías y con felicidad”.
El sorteo de la moto está programado para el 20 de diciembre. Las personas que llamen al 667 415 4690 y compren su puesto en la rifa, concursarán con su número de teléfono. Antes del evento los participantes recibirán un enlace para que entren a la transmisión en vivo del sorteo, que se hará a través de Facebook. Así todos podrán presenciar las emociones de la rifa y constatar la veracidad de la misma.
Si una persona no puede comprar una boleta de 50 dólares, pero tiene la intención de colaborar con esta causa, puede hacer un donativo en el monto que más le convenga.
“Un dólar ayuda mucho para compartir un tamal para un niño, un adulto o un anciano”, dice el señor Barrera. “El año pasado hubo mucha gente que me ayudó”.
A parte de querer alivianar la pobreza de su tierra, Kevin dice que con esta actividad quiere propagar un mensaje de solidaridad que contagie a otras personas, un mensaje que los motive a hacer más obras como ésta.
“Un acto sincero de bondad siempre desencadena en otro”, asegura.
Kevin llegó a los Estados Unidos hace 12 años y desde entonces, dice, la suerte le ha cambiado: Trabaja en el área de la construcción y ha conformado una bonita familia con la que vive en la localidad de Riverhead. Desde ahí, a millas y millas de distancia, recuerda las limitaciones que padeció en su niñez y se ha prometido a si mismo no olvidar nunca las dificultades por las que atraviesan muchos en su tierra, especialmente en la época de Navidad, en la que todo debería ser felicidad.
Jornada Navideña en Escuintla 2022. Fotos cortesía: Kevin Barrera