Más de un centenar de personas se manifestaron ayer frente al ayuntamiento de Riverhead, ondeando banderas azul y amarillo y portando carteles en solidaridad con Ucrania y en contra de la invasión rusa.
Los manifestantes— inmigrantes ucranianos, ucranianos-americanos, diversos residentes del East End y autoridades de Riverhead y el condado de Suffolk— gritaban “¡No a la guerra!” y sostenían pancartas con mensajes como “Stop a la agresión de Rusia,” “Boicot a las importaciones rusas,” y “Gloria para Ucrania, Gloria para nuestros héroes.” Vehículos que pasaban por la Main Street pitaban en apoyo a los manifestantes, y grupos de ucranianos se ponían a cantar de forma espontánea canciones tradicionales de ese país, además del himno nacional ucraniano mientras abrazaban su bandera, oraban y se secaban las lágrimas.
Esta manifestación, además de otras marchas masivas en la ciudad de Nueva York, Washington y otros lugares alrededor del mundo, llega en momentos en que el presidente ruso Vladimir Putin ha intensificado el conflicto armado, ordenando colocar en alerta las fuerzas nucleares disuasivas, lo que ha agravado las tensiones con Occidente y suscitado temores de una guerra nuclear. Ciudades y pueblos de Ucrania, —incluyendo Kiev, la capital de ese país— han soportado hasta ahora ataques aéreos, bombardeos y un aluvión de misiles que han dejado decenas de muertos, cientos de heridos y la destrucción masiva de infraestructuras urbanas. Ante la invasión de Ucrania y un temor a que el conflicto se salga de control, países de la Unión Europea, además de Estados Unidos y otras naciones, han impuesto severas sanciones económicas a Rusia y ayudado con armamento y otros equipos militares.
El Rev. Bohdan Hedz, organizador de la manifestación y pastor de la iglesia católica St. John the Baptist en Riverhead, la única iglesia ucraniana del East End, agradeció sentidamente el apoyo demostrado por la comunidad hasta ahora, diciendo que ese apoyo les daba “el impulso de esperanza necesario para continuar luchando y rezando por Ucrania.” También habló duramente de Putin, tildándolo de tirano y comparándolo con Adolf Hitler, y le dijo a los manifestantes que este momento histórico es tan importante para Ucrania como lo fue en América el año 1776, cuando Estados Unidos se independizó de Inglaterra.
“Espero que 1939 no suceda”, dijo Hedz, haciendo alusión al comienzo de la 1era Guerra Mundial. “No parece de esa manera. Rezo y espero, y parece que Europa finalmente se dio cuenta, el mundo finalmente se dio cuenta, de lo que Ucrania ha estado diciendo todo este tiempo. Y es muy importante para todos nosotros aquí difundir esa conciencia, hable con sus amigos, hable con su familia, hable con sus vecinos sobre lo que está pasando en Ucrania. Su voz cuenta. Su apoyo cuenta”.
El sentimiento de unidad se hizo eco en los discursos de las autoridades presentes. Los legisladores del condado de Suffolk Bridget Fleming y Al Krupski, la supervisora de Riverhead Yvette Aguiar, acompañada de los miembros de la junta municipal, y el sub-ejecutivo del condado de Suffolk Jon Kaiman, expresaron su apoyo a Ucrania y a los residentes del East End afectados por esta crisis, condenando a Putin, y pidiendo que la comunidad que se uniera en solidaridad con el pueblo ucraniano para ayudar de todas las maneras posibles.
“El condado de Suffolk es un condado de un millón y medio de personas, nosotros sabemos que podamos hacer la diferencia. Estamos hoy con Ucrania, y sabemos que hay muchas personas que proveen de muchos lugares y que han vivido el dolor, han hecho sacrificios y saben lo que es la tiranía porque han vivido experiencias similares, saben qué la libertad y la democracia son preciosas, así es que ahora, es necesario que nos unamos y juntos digamos ‘nunca más’ y que hagamos eso realidad compartiendo el dolor todos juntos y parándonos juntos,” dijo Kaiman en una entrevista con Tu Prensa Local.
Entre los manifestantes se encontraban ucranianos con familiares y amigos atrapados en Ucrania, intentando escapar o refugiándose donde pueden. Anna Marynyak, quien recientemente huyó de ese país después de caminar tres días seguidos hasta la frontera con Polonia, contó con lágrimas en los ojos y la voz quebrada como tuvo que dejar atrás a sus hijos y nietos para poder venir a los Estados Unidos, donde tiene una tarjeta de residencia permanente, para poder reunir dinero y ver si podía pedir asistencia legal para traer a su familia.
Larysa Andreadis, nacida en Ucrania y residente de Mattituck, dijo que estaban muy preocupados, con mucho miedo y que estaban rezando mucho para pedir por el fin del conflicto.
Su padre, Nick Andreadis, expresó el miedo que muchos han también manifestado.
“Qué va a pasar si [Putin] vence? Quién le sigue? Los países bálticos? Polonia? y después son los países de la OTAN y después viene la III Guerra Mundial, así que aquí es dónde nos debemos parar, porque es el último bastión antes de que haya otra guerra mundial,” dijo Andreadis.
En una entrevista con Tu Prensa Local, el reverendo Hedz dio las gracias por el apoyo de la comunidad en general, incluyendo la comunidad Latina y dijo que como ciudadanos del mundo, eso era lo que se debía hacer ya que “como hermanos y hermanas, podemos vencer y salir adelante.”
“Ucrania necesita sus oraciones,” dijo Hedz.
Hedz aprovechó también para agradecer las donaciones hechas hasta ahora en la iglesia ucraniana de Riverhead, y dijo que todavía estaban aceptando ropa, productos de higiene personal, medicinas sin receta, ropa y dinero. Las donaciones se pueden llevar a la iglesia ubicada en el 820 Pond View Road en Riverhead.
Fotos: María del Mar Piedrabuena [ngg src=”galleries” ids=”73″ display=”basic_imagebrowser”]