Tras dos años de silencio por causa de la pandemia, este domingo 5 de junio, regresa el Desfile Puertorriqueño Hispano de Long Island, para dejar correr a lo largo de la tradicional Quinta Avenida de Brentwood, ríos de color, música y algarabía.
El regreso marca la celebración del cumpleaños número 56, del desfile más popular de Long Island, que según cifras de la policía, congrega cada temporada a 3 mil marchantes y unos 50 mil espectadores, agolpados a lado y lado de la vía, para impregnarse de toda la esencia de la cultura latina.
“Los invito a que una vez más sean parte de la historia, celebrando el Desfile Puertorriqueño Hispano”, dijo Margarita Espada, quien ya completa una década al frente de esta celebración cultural. “Somos una sola comunidad, venimos de diferentes lugares, con esas riquezas tan hermosas de cada uno de ellos, pero a la vez aquí somos hermanos latinoamericanos, así que los esperamos a todas y a todos para que disfruten, porque es un día para estar celebrando y retomando las calles”, añadió.
El desfile nació en 1967 como una iniciativa de un puñado de puertorriqueños que venían de la ciudad de Nueva York, atraídos por el trabajo y por una serie de oportunidades que por esa época se ofrecían en Long Island para cautivar nuevos residentes. Llegaron a instalarse en la isla y con ellos trajeron su música y su cultura, por lo que decidieron lanzarse a la aventura de crear un bullicioso recorrido por la Quinta Avenida, para compartir con la comunidad local la alegría del pueblo boricua.
“Era un atrevimiento social y político en Long Island sacar un desfile donde los hispanos estuvieran marchando. Fue luchar para que cerraran la avenida, pero en medio de todo fue bastante numeroso y automáticamente empezó a crecer como espuma. Al punto que hoy tenemos abuelos, hijos, nietos, con esta memoria colectiva de lo que es la historia cultural de los latinos en Long Island”, relata Margarita.
Con el paso del tiempo la comunidad de habla hispana se fue expandiendo y la llegada de inmigrantes provenientes de otras partes de América Latina, hizo necesario ampliar el desfile y su concepto. Así fue como desde hace 15 años se convirtió en el Desfile Puertorriqueño Hispano de Long Island, que despliega cada año lo mejor de nuestros países, a bordo de carrozas, jeeps y camiones, o por medio de numerosas y animadas delegaciones que hacen el recorrido caminando.
“Según datos que he investigado en los últimos años, viene gente de todas partes, vienen de Connecticut, de la ciudad, gente de Florida viaja ese fin de semana, porque la gente sabe que puede regresar cada año a celebrar nuestra culruta”, dice Espada. “Para mi este evento es un orgullo social y educativo, para que la comunidad le pueda enseñar a las próximas generaciones, quiénes somos. Es honor y es un esfuerzo que hago con mucho amor”.
Margarita asegura que aunque todos los años son especiales, la versión 2022 viene cargada de un entusiasmo diferente, porque significa el despertar de los tambores, las risas y el jolgorio, luego de que se apagaran forzosamente por cuenta del covid.
“A la gente le dolió mucho ese silencio en junio, porque todo el mundo está esperando ese momento del año. También nos dio duro porque nuestra comunidad tuvo muchas perdidas por el covid, inclusive pioneros o voluntarios de nosotros. Este año es especial porque estamos celebrándolos a ellos, celebrando su historia y devolviéndole la alegría al pueblo. Es como regresamos, asegurándonos que estamos en pie de lucha y que la cultura es ese puente que nos une”, dijo.
El desfile, que ha sido motivo de estudios antropológicos de varias universidades y es documentado no solamente por su importancia cultural, sino por su aporte a la economía y al turismo de la región, es hoy en día un patrimonio de Long Island, que cuenta cada año, con la creciente participación de la comunidad anglosajona, en calidad de marchantes o como espectadores.
Margarita dice que uno de los máximos orgullos de este desfile es que una vez se anuncia, se realiza en la fecha indicada, llueva truene o relampaguee, como sucedió hace unos años cuando ni un aguacero monumental pudo detener la alegría.
“Yo les decía, el desfile ha corrido por tantos años, estoy segura que en todos estos años alguna vez ha llovido, nosotros no vamos a ser los flojos o las flojas de dejar de salir por un aguacero. Entonces fue super divertido porque veías los nenes gritando y brincando en el agua fue como una bendición”, recuerda Margarita.
Para ella también es una bendición ver a la gente de todas las generaciones tan involucrada con esta fiesta. Una imagen que la lleva hasta las lagrimas.
“Ver diferentes generaciones sentadas en su sillita de playa, ver abuelos, a la señora, a la niña, en fin todas las edades juntas es algo que me toca mucho. También otra de las cosas que me sacan lagrimas es cuando levantan un bebé y se escapan de tirarlo al aire y es una manera como de infusión de cultura que le estan dando al bebé. Ese es mi pago, ver que el trabajo que uno hace es muy importante y ver la gente, con sus ojos llenos de lagrima mientras hacen eso”.
El Grand Marshal de este año será el cardiólogo colombiano Harold Fernández, además serán honrados los médicos de primera línea de Northwell Health, paramédicos y demás equipos de emergencia que dieron el alma durante los meses más duros de lucha contra el covid. El desfile también le rendirá un homenaje póstumo, al líder comunitario Obdulio Salvador de León, quien perdió la vida en abril de 2021.
Los organizadores del evento han dicho que habrá además artistas especiales, más orquestas, más música y muchos regalos, ya que varias empresas locales han decidido desfilar llenos de sorpresas para los asistentes.
Recuerde: La cita es el próximo domingo 5 de junio, a partir de las 12 del día, en la quinta avenida de Brentwood.
Fotos: Cortesía Desfile Puertorriqueño Hispano de Long Island [ngg src=”galleries” ids=”78″ display=”basic_thumbnail” thumbnail_crop=”0″]