Lo mejor de la cocina del mundo: Palmitos gratinados de Costa Rica

In Cocina, Portada by Alfredo Figueroa PérezLeave a Comment

El slogan de Costa Rica es “Pura Vida”. Esta frase hecha llena de intenciones pretende transmitir al mundo lo que uno se encuentra cuando visita el país: verde, paz y bienestar. Costa Rica es conocido como uno de los países más felices del mundo. El término pura vida no sólo se utiliza para saludar, para decir hola o adiós o todo va bien, sino que también se utiliza para resaltar un estilo de vida simple basado en cero estrés, sobresaltos o preocupaciones.

Con mis amigos Conchi, Elena, Raquel, Fernando y Fafi, nos pusimos de acuerdo fácilmente en el destino que queríamos para las vacaciones del verano de 2002. Debíamos buscar un destino al que viajara la aerolínea Iberia. Elegimos Costa Rica, hicimos una ruta, escogimos unos hoteles, alquilamos un coche y allá nos fuimos. Nos subimos en un avión, ellos desde Madrid, nosotros desde Barcelona, atravesamos el Atlántico y nos fuimos a recorrer el país de los ticos.

El autor en Bosque Nuboso, Monteverde, en Costa Rica en 2002. Foto de cortesía

Lo primero que uno descubre cuando llega a San José es que cualquier idea que uno tenga de la ciudad y del país está totalmente alejada de la realidad. San José es todo menos una ciudad ruidosa y repleta de gente, a la usanza de cualquier capital de país de cualquier parte del mundo. La ciudad es tranquila, la gente es amable, campechana y alegre. Es fácil de conocer. Esta coqueta ciudad está a 1.300 metros de altura sobre el nivel del mar, lo que le proporciona un delicioso clima de eterna primavera. Además, está rodeada de montañas y volcanes.

Cogimos un hotel en el centro de San José, cerca del museo del ferrocarril. Desde allí pudimos conocer la ciudad. El hotel estaba muy bien. Me sorprendió gratamente la variedad de alimentos que había en el primer desayuno que comimos y que yo me encargaba de explicar al resto del grupo. Muchas cosas me recordaban a platos colombianos. Gallo pinto, tamales, pasteles de maíz, variedades de papas, huevos cocinados de diferentes maneras y más cosas.  En los platos típicos y tradicionales que probé por todo el país hay maíz, plátano, yuca, fríjoles, arroz, frutas, verduras, papas, cacao y café, carnes, aves y pescados, entre otros. Desde ese desayuno supe que me iba a gustar la comida de Costa Rica, pues se trata de una gastronomía interesante, diversa y con personalidad.

Hicimos una ruta por el país. Desde San José nos fuimos a la cordillera volcánica central para visitar el volcán Poas, con uno de los cráteres más grandes del mundo, que además está activo. Visitamos la reserva biológica del bosque nuboso Monteverde, nuboso por la neblina producida por la humedad que se produce a 1600 metros de altura. De allí descendimos y nos fuimos hacia el Caribe, a Puerto Limón y Cahuita, paraísos hippies. A la vuelta pasamos por las playas de Tortuguero, atravesamos el país y acabamos el tour en el Pacífico en las playas del Parque Nacional Manuel Antonio, con sus selvas que llegan a las playas de arena blanca. El Parque es rico en flora y fauna tropical.

Los recuerdos de ese viaje se amontonan desordenadamente en mi cabeza. Costa Rica se ha convertido en un lugar al que quiero volver. Los ticos han construido un país único y con una oferta turística fantástica que atrae a todos los turistas del mundo, que además han construido una logística que cuida sus tesoros naturales.

El autor en el Volcán Poas en Costa Rica en 2002. Foto de cortesía

Recuerdo los sorprendentes andenes de los pueblos con una altura de casi medio metro, que entendí cuando nos cayó un chaparrón que duró media hora y convirtió las calles en ríos. En el pueblo Manuel Antonio, que consiste en una calle principal y poco más, mientras caía uno de aquellos chaparrones, en un restaurante donde comimos, Conchi pidió un plato de palmitos gratinados. Lo probé y estaba buenísimo. La cocina costarricense recibió la influencia de la cocina europea, que se sumó a las tradiciones culinarias locales que sobrevivieron con el paso del tiempo. Hay una innegable presencia de “sabor local” en sus platos, que se combinan con influencias de la cultura africana, hasta crear una cocina mestiza que vale la pena conocer.

El palmito o corazón de palma, es un tipo de verdura que se cosecha del núcleo interno de ciertas especies de palmeras. Fue un alimento exótico cuando salió de su hábitat y empezó a introducirse en otras culturas culinarias, pero hoy en día es bastante conocido y se suele conseguir en conserva en los supermercados.

El plato que les traigo hoy son los palmitos gratinados. Se trata de una receta sencilla y, aparte de ser muy fácil de preparar, los palmitos son ricos en proteínas, fibra, vitamina C y minerales. Sano, rico y fácil de cocinar. ¿Qué más se puede pedir?

PALMITOS GRATINADOS

Ingredientes:

  • 1 taza de palmitos (también llamados corazones de palmera)
  • 1 taza de crema de leche
  • ½ taza de queso de gratinar (mozzarella, emmental, edam, parmesano -o una mezcla de todos.)
  • 1 cucharada sopera de pan molido
  • Sal y pimienta

Preparación:

Precalentar el horno a 350ºF (180ºC)

Lo mejor sería utilizar palmitos frescos, pero si no tienes, utiliza palmitos en conserva. Lavarlos muy bien para quitarles el sabor a vinagre.

Cortar en rodajas de ½ pulgada y colocar en una fuente de horno. Cubrir con la crema de leche. Aliñar con un pelín de sal y pimienta al gusto.

Espolvorear el queso de gratinar por encima y el pan molido. Hornear por 10 minutos, o hasta que el queso esté fundido y doradito.

Servir inmediatamente y acompañar con un buen pan.

Foto portada: recetascostarica.com

Nota del Chef: Esta receta es parte de una serie semanal. Mi deseo es que nos permitamos hacer un viaje por el mundo que he conocido y que descubramos recetas de comidas deliciosas y fáciles y que las adoptemos para hacerlas en casa con los nuestros para poder viajar y conocer al menos una parte de esos lugares de los que les voy a hablar.

About the Author
Alfredo Figueroa Pérez

Alfredo Figueroa Pérez

Alfredo es de Cali, Colombia y vive en Barcelona, España. Es cocinero egresado de la Escuela Hofmann de Barcelona. Desde hace algunos años tiene una pequeña compañía de catering y da clases de cocina a adultos. Es un apasionado de los viajes y la gastronomía, lo que le ha permitido conocer muchos países y culturas alrededor del mundo. Como cocinero tiene influencias de sus ancestros latinoamericanos y de la cocina tradicional española, italiana y francesa. Define su cocina como una fusión andina y mediterránea. ¿Tiene preguntas? Escríbanos a info@tuprensalocal.com

Leave a Comment