Quedan unos días para que se acabe este extraño e inolvidable 2020. Ha sido un verdadero placer escribir cada semana en este Periódico. La comida es un fenómeno social que une a las personas y amalgama identidades. La idiosincrasia de un país se puede conocer por medio de su cocina. Después de todo, la gastronomía no trata sólo del placer de percibir olores y sabores. Va más allá de eso y puede ser la excusa perfecta para entablar una conversación, intercambiar experiencias, o “viajar” a lugares jamás imaginados. Desde la Patagonia argentina, hasta Canadá, pasando por todos los países latinoamericanos, hasta Estados Unidos, reconociendo que la cocina latinoamericana se ha caracterizado por ser colorida, fascinante y de algún modo peculiar, una mezcla de costumbres que datan de la era precolombina que más adelante se fusionó con la cocina de los conquistadores y emigrantes, algo que define nuestra cocina, como todos los aspectos del mestizaje.
Para la noche vieja, el fin de año, el año nuevo, o como se le diga, cada lugar, cada país del mundo tiene sus tradiciones gastronómicas.
- En Puerto Rico celebran familiarmente la llegada del año nuevo con arroz con gandules y plátanos fritos, lechón asado o puerco a la varita, morcillas y chicharrones.
- En México también se celebra en ambiente familiar, con platos como el pavo, los romeritos, o el caldo de camarón.
- En Colombia, las familias se reúnen y celebran la llegada del año nuevo. Por alguna razón, la gente llora y nadie se olvida de que “faltan 5 para las doce” para ir a besar a la mamá. Se quema el año viejo en forma de un muñeco de trapo relleno de pólvora. La madre cocina una buena lechona, tamales, arroz con pollo, natillas y buñuelos.
- En Chile, después de celebrar el viejito pascuero el día de navidad, el fin de año las familias se reúnen y suelen preparar pavo asado con castañas, ensalada de papa, ensalada de apio con palta y ensalada de betarraga. De postre, nunca falta el pan de pascua, la cola de mona y el mote con huesillo.
- En República Dominicana, las familias preparan pavo o puerco asado, o corona de cerdo navideña, y de postre arroz con dulce y pasteles en hojas de plátano.
- En Argentina, los amigos y las familias se reúnen y preparan una parrillada o el llamado y conocido como asado argentino. No faltan los alfajores y el dulce de leche.
- En Costa Rica, los tamales siempre están en la fiesta de fin de año: es una receta indígena que consiste en una mezcla de maíz, papas, pollo y cerdo. Las fiestas navideñas de los ticos suelen empezar el primer día de diciembre y terminan el 2 de febrero, 40 días después del nacimiento de Jesús.
- En Bolivia se cocina el asado de puerco o de res, papas al horno, ensalada y fríjoles, y el choclo fresco no falta. Hay un despliegue de luces que se reservan para dar la bienvenida para el Año Nuevo.
- En Cuba, las tradiciones navideñas se mantuvieron sólo 2 años después de la revolución. Aun así, la gente no dejó de celebrar y es tradicional comer chancho en la fiesta del año nuevo.
- En Ecuador, se suele comer consomé de pollo y pollo o pavo relleno, o pernil, y el cui asado es una delicia que muchos ecuatorianos escogen como plato principal para la cena de fin de año. De dulce, se comen los pristiños, o el canelazo quiteño.
- En El Salvador, la noche de fin de año, las casas huelen a deliciosa comida. Se sirve pavo, jamón y carne molida que se acompaña con arroz y vegetales. Como postre, se comen pasteles, galletas y preparados de manzana. Los deliciosos tamales también están presentes en las casas.
- En Guatemala, los platos típicos de las fiestas son el arroz a la valenciana, que es una versión de la paella española, la gallina de patio, o el nacatamal. Se sirve pan recién salido del horno y hecho en casa y, como postre, se comen bizcochos y se bebe ponche de ron. Los menús uruguayos son muy similares a los europeos y a los argentinos. Se suele hacer asados de res, pollo asado. Los postres de nueces y fruta seca con crema son una tradición. Las familias se suelen desplazar a la playa y las fiestas son familiares.
- En Paraguay, el fin de año es una fiesta familiar. En las mesas de las casas, se sirve pato, ryguazu kae, un plato que lleva pollo, cordero y pavo; y también se come un plato a base de calabaza, el Kiveve, que acompaña al asado. Otro plato típico es la sopa paraguaya, receta que dimos cuando hablamos de la cocina de Paraguay.
- En Perú, ese paraíso gastronómico, la cena tradicional es el pavo al horno, o el delicioso pollo dorado, que lleva los más diversos rellenos según el gusto de cada cocinero. Los ceviches en la costa cada vez son más creativos. De postre, suelen servir panetón, un bizcocho con frutas glaseadas, acompañado de chocolate caliente.
- En Honduras, las Navidades se inician oficialmente el 24 de diciembre con la aparición del Warini, nombre con el que se conoce al precursor o heraldo de la Navidad. En fin de año, se come pavo relleno, lechoncitos, o tamales. Y de postre, los pasteles de azúcar.
- En Panamá, en la cena de fin de año, no falta el marisco y las comidas de mar: pulpo, langosta, cangrejos, camarones y mucha variedad de pescado. También se come Sancocho, arroz con coco o gandul, o arroz con fréjol. De postre, arroz con piña y piña colada.
Como vemos, hay una riqueza impresionante en nuestra cocina latinoamericana. Podríamos preparar cualquiera de estos platos y seguramente triunfaríamos en nuestra cena de fin de año.
Hoy les traigo una tradición de la vieja Italia. “Ser supersticioso es de ignorantes, pero no serlo trae mala suerte”, decía el napolitano Eduardo de Filippo. La velada de nochevieja, para los italianos, es un escenario más de las costumbres populares transalpinas destinadas a desear un año próspero. Así pues, el conocido como Cenone di Capodanno, gran cena de nochevieja, consta de productos como vino, turrones, pandoro, panettone, marron glacés, etc. Pero para festejar la llegada del año nuevo comen lentejas a partir de las doce de la noche, es un símbolo para atraer fortuna. Dicen que cuantas más comen, más fortuna tienen. Según quién y cómo lo cuente, hay diversas versiones sobre esta antigua costumbre. Es cierto que no es algo obligatorio, pero se trata de una costumbre muy extendida y asociada a los buenos recuerdos en familia de quienes la siguen. Como decía, esta peculiar tradición de comer lentejas la noche de fin de año, tiene relación con el hecho de desear suerte y riqueza para el año venidero y se remonta a la Roma Antigua. Los romanos, hace siglos, regalaban por estas fechas un pequeño bolso de cuero relleno de lentejas y lo ataban a la cintura.
Mi regalo de hoy es un plato de lentejas. Con ellas les deseo mucha suerte y un año 2021 lleno de amor y felicidad. El 2020 ha sido un año duro, pero seguro que el 2021 será muy bueno para todos. Un beso y que el año nuevo venga lleno de cosas buenas para todos.
INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS
- 1 libra (400 gr) de lentejas secas
- ½ pimiento verde
- ½ pimiento rojo
- ½ cebolla roja
- 2 ajos
- 1 hoja de laurel
- 2 chorizos
- 1 chorrito de salsa Worcestershire o Perrins (OPCIONAL)
- 1 cucharada de concentrado de tomate
- 1 zanahoria
- 1 chorro de vinagre de vino
- Agua
- Sal y pimienta
PREPARACIÓN:
Cuatro horas antes, poner en remojo las lentejas.
En la olla donde vamos a cocinar las lentejas, echar un buen chorro de aceite y dorar un poco los chorizos. Así tendrán más sabor. Sacar de la olla y reservar.
Picar la cebolla, los ajos y los pimientos muy pequeñitos. Pelar la zanahoria y cortarla en cuadritos pequeños. En la olla donde hemos sellado los chorizos, echar la verdura picada (cebolla, ajos y pimientos) y hacer un sofrito. Cuando ya esté todo muy tierno, añadir el tomate, y la salsa Worcestershire o Perrins, mezclar y añadir las lentejas y revolcar para que se impregnen del sofrito. Añadir la hoja de laurel, salpimentar y cubrir con agua. Dejar cocer 35-40 minutos o hasta que las lentejas estén blandas. Durante la cocción, añadir los chorizos. Cuando ya estén las lentejas, añadir entonces el chorrito de vinagre.
Sacar los chorizos y cortarlos en trocitos.
Servir las lentejas calientes en una fuente. Poner de acompañamiento arroz y huevo frito, y unas tajadas de plátano maduro. Así me gustan a mí.
Foto portada www.ilcuoreinpentola.it
